Un alemán llega a un hotel rural en el oeste de Irlanda, en medio de la nada, junto al mar. Llueve y hace frío. El alemán sale de su Audi y entra en el hotel. Está vacío. Está claro que nadie ha dormido en él en meses. "Es por la crisis", le dice el dueño. "Pues yo estoy pensando pasar la noche aquí, pero quiero ver las habitaciones primero", dice el alemán. "De acuerdo, pero tiene que dejar un depósito de cien euros. Éste es un hotel 'boutique' y cada habitación es diferente", replica en irlandés. El alemán le da un billete de cien euros y sube al primer piso.
El dueño del hotel entonces sale corriendo con el billete
y va a ver al médico del pueblo. Le da cien euros que le debía de una consulta en la que le había curado una enfermedad venérea. El médico agarra el billete y se va corriendo al 'pub' y salda una cuenta que tiene allí de cien euros por unas copas que no había pagado.El dueño del 'pub' le paga a una prostituta que trabaja el local cien euros que le debía porque la chica atrae clientes y ésa es su comisión. La prostituta agarra los cien euros, se va corriendo al hotel y le paga al dueño cien euros que le debía por haber usado una habitación con un cliente.
Cuando la chica acaba de marchar, el alemán baja por las escaleras y dice: "La verdad es que no me convencen las habitaciones". "Como usted quiera, señor", responde el hostelero, y le da los cien euros. La crisis se ha acabado en ese pueblo.
elmundo.es/elmundo/2012/06/17/economia/1…9898072.html
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