Recientemente la CMT ha publicado su informe sobre el primer trimestre del 2006. En la sección de estadísticas aparecen algunos datos interesantes. En el citado trimestre el número de conexiones a Internet contratadas en España fue de 6.253.907, a lo que habría que añadir que hubo otro millón de abonados que conectaron con conexiones "gratuitas" (pagando llamada local).
El acceso por banda estrecha (RTB/RDSI) sigue siendo importante (casi un millón de conexiones contratadas, más el otro millón ya mencionado de conexiones "gratuitas"), pero la parte del león se la lleva la banda ancha: 5.325.631 conexiones de las cuales 4.110.081 fueron conexiones domésticas.
Teniendo en cuenta que en España hay unos 13 millones de hogares, el porcentaje de hogares españoles que tienen conexión de banda ancha sería en torno al 30%.
De esos 4 millones de conexiones domésticas de banda ancha, poco más de un millón corresponden al cable, y poco menos de 3 millones al ADSL. El porcentaje de otras tecnologías de banda ancha es virtualmente inexistente.
Comparando el primer trimestre de este año con el tercer trimestre del 2004 se observa que el porcentaje entre el cable y el ADSL apenas ha variado en el mercado doméstico en año y medio, a pesar de que el cable es, en teoría, una tecnología muy superior, y de que su cobertura geográfica no ha parado de incrementarse.
Desde luego, la pésima política de Ono en el mercado de Internet ha tenido mucho que ver en los pobres resultados del cable. Las conexiones altamente asimétricas, los aumentos de velocidad que nunca llegan, y el capado de los protocolos p2p no son la mejor carta de presentación ante los internautas.
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