
El año 2024 marcó un punto de inflexión en la evolución de la operadora alicantina Finetwork. En mayo renovó su acuerdo con Vodafone por otros 10 años para seguir usando su red de fibra y la cobertura móvil. El acuerdo, negociado con los nuevos directivos colocados por Zegona al frente de Vodafone, le dió acceso al 5G y a la posibilidad de convertirse en OMV prestador, proceso que se inició en el mes de septiembre con la absorción de sus 1,2 millones de clientes de telefonía móvil.
Justo después de la renovación del acuerdo, Finetwork relanzó su actividad comercial con la presentación de sus mejores tarifas hasta la fecha. Los nuevos precios, como la fibra por 18,90€, le permitían mantener el tipo ante los últimos movimientos que habían realizado Digi y Lowi con su fibra Fit.
Desde entonces las cosas no parecen haber ido demasiado bien. En noviembre retiró por sorpresa sus tarifas sobre la red de fibra indirecta de Movistar y poco después rectificó el resto de tarifas empeorándolas notablemente.
Hoy sabemos que el enrarecimiento de su relación con Vodafone está detrás de esta deriva. Ambas operadoras llevan trabajando juntas desde 2019, cuando Finetwork inició su actividad como distribuidor de Vodafone. Según la información que publica el diario Expansión citando a fuentes próximas a ambas operadoras, desde el inicio se han arrastrado incumplimientos y retrasos reiterados en los pagos de Finetwork a Vodafone, que se habrían intensificado tras la llegada de Zegona. Vodafone habría facilitado el pago con reestructuraciones y condonaciones parciales de deuda a cambio del cumplimiento de nuevos calendarios de pago, con el objetivo de mantener a su socio a flote.
Sin embargo, la situación se ha tornado insostenible según las mismas fuentes, por lo que Vodafone ha recurrido a los tribunales para solicitar el embargo de las cuentas de Finetwork y garantizarse así el pago de los servicios prestados en los últimos trimestres. Además, ha solicitado la intervención de la CNMC, quien debe autorizar una posible desconexión del servicio, de forma que no afecte a los clientes finales.
Por su parte Finetwork también ha iniciado acciones legales contra Vodafone para reclamarle 150 millones de euros por "incumplimientos graves y esenciales" del nuevo acuerdo, lo que le ha impedido mantener su capacidad competitiva. Las mismas fuentes critican a Zegona por utilizar "estrategias muy agresivas y cuestionables en su gestión".