Vodafone fue la primera operadora en lanzar en España la quinta generación de telefonía móvil, en junio de 2019 en 15 ciudades, pero desde entonces las cosas no han ido bien y en la actualidad no solo se encuentra por detrás del resto de operadoras en cobertura y uso de antenas 5G de altas prestaciones, sino que es la única que aún no ha puesto en marcha la versión de 5G completa que evita depender de la antigua red 4G para funcionar.
Es cierto que en el pasado Vodafone ya hizo algún anuncio sobre la puesta en marcha del modo 5G SA (standalone), que comercialmente se conoce como 5G+, pero esto fue en fase precomercial, de la que nunca salió.
La evolución a 5G SA es obligada en cualquier caso, por lo que la nueva Vodafone anuncia la adjudicación a la sueca Ericsson1 del contrato de 4 años de duración para poner en marcha el nuevo núcleo que gobernará la red 5G standalone y que estará abierta a los usuarios particulares.
Doble núcleo 4G y 5G de Ericsson
Ericsson desplegará su tecnología dual core EPC y 5GC. El primero es la arquitectura del 4G y el segundo el empleado por el estándar 5G. Esto significa que el nuevo core reemplazará por completo al actual, controlando ambas redes.
El nuevo core consiste en piezas de software o componentes que se comunican entre ellos mediante APIs y se ejecutan en la nube, creando nuevas instancias de forma elástica cuando aumenta la carga.
Con 5G SA activo, Vodafone podrá hacer uso de características avanzadas como los slices de red con calidad garantizada para los grandes clientes que requieren redes virtuales a su medida (fuerzas de seguridad, flotas de vehículos o drones, etc). Por su parte, los clientes particulares lo notarán en una mayor duración de batería, latencias más bajas y la inmunidad ante ISMI catchers.
