Una vez más salta la polémica por el uso de los formatos abiertos. En BA lo hemos comentado unas cuantas veces. Ahora, en Massachusetts han plantado cara a Microsoft y han decidido presentar un plan para usar exclusivamente, en los documentos electrónicos creados y grabados por los empleados de este Estado de EEUU, formatos abiertos. Lo cuenta el Financial Times que añade que deberá hacerse a partir de 2007 solamente con dos tipos del documento, OpenDocument, que se utiliza en open source como OpenOffice, y PDF, un estándar extensamente usado para los documentos electrónicos.
El motivo que aducen, obvio pero difícil de entender para algunos, es que el formato propietario consigue que no todos los ciudadanos puedan tener acceso a la información que generan y eso es algo que debe estar garantizado. Desde Microsoft por su parte, se han dado prisa en contestar a través de Alan Yates, manager general de la compañía: "Pienso que sería un gran riesgo para el estado de Massachusetts ir en esa dirección sin pensar de forma clara en los costes primero".
Existen algunos criterios informales sencillos para evaluar la idoneidad y madurez de un proyecto de software libre, como recientemente podíamos leer en La Pastilla Roja, pero hay razones que son más fuertes que otras y es que es de justicia que con el dinero de todos haya absoluta transparencia y universalidad de acceso.