Gracias a una víctima que ha compartido su caso en redes sociales sabemos ahora cómo funciona el timo para conseguir que entregues en mano a los delincuentes un terminal de alta gama que tendrás que pagar mes a mes en tu factura de telecomunicaciones.
Tipos de estafas hemos visto muchas y cada vez más enrevesadas, por lo que es vital que se activen todas las alarmas cuando una situación resulta extraña. Lo es que tu operador te envíe sin pedirlo un móvil de alta gama, pero quizá no tanto que a continuación te pida que lo devuelvas ya que se trata de un error. El problema es que quizás quien lo recoge no sea quien esperas.
Cómo funciona el timo para robar un móvil de alta gama financiado a tu nombre
Santiago Bustamante, conocido locutor de radio y director del programa sobre videojuegos Fallo de Sistema en Radio 3, cuenta en un hilo de Twitter1 como han estado a punto de estafarle un total de 1.279 € haciéndose pasar por su operadora de telecomunicaciones. Esta es la cantidad que habría pasado a deber a Vodafone durante 3 años de haber caído en la trampa que los atacantes habían preparado minuciosamente para hacerse con un móvil de alta gama con un contrato de financiación hecho a su nombre.
Bustamante recibió por mensajería un paquete en su domicilio procedente de Vodafone. Al abrirlo encontró un smartphone Samsung Galaxy S24 Ultra completamente nuevo. Sorprendido se puso en contacto con la operadora para preguntar el porqué del envío sin haberlo solicitado, donde le explicaron que se trataba de un terminal financiado con un coste asociado, y que se había comprometido a pagar 35,30€ durante los siguiente 36 meses que vendrían sumados al importe de su factura.
El supuesto contrato se había celebrado por teléfono, así que pidió la grabación de voz. En la grabación celebrada el pasado 21 de agosto (no publicada, pero que he podido escuchar), se oye a una persona con acento latinoamericano facilitar el nombre completo y el DNI de la víctima, que el agente da por bueno sin otras comprobaciones de identidad. Previamente, el día 18, el atacante había conseguido de alguna forma modificar el email asociado a la cuenta del cliente.
Al escalar el caso y comprobar Vodafone que no era la voz de su cliente la que aparece en el contrato telefónico, acuerda la devolución sin coste del terminal y es en ese momento cuando la historia empieza a ponerse extraña.
A continuación, una llamada de "verificación de Vodafone" le pide disculpas por el incidente, comprometiéndose a solucionarlo sin coste enviando un mensajero, que se presenta en menos de una hora en su casa. En ese momento Bustamante se lo piensa y decide no entregar el móvil al ver que la dirección de destino no es la de Vodafone.
3 números con diferentes personas llaman durante las siguientes horas para insistir en la recogida del teléfono, por lo que decide entrar al juego, diciendo que se lo ha pensado mejor y que se lo queda, aceptando "el descuento en factura de 4€ al mes por las molestias". Para disuadirle de quedarse el móvil, el supuesto agente le envía en ese momento por email el contrato para que vea lo mucho que pagará cada mes si se lo queda, insistiendo en que se trata de un error, ya que en realidad el móvil era para otro cliente.
A partir de ahí, para la víctima resulta complicado diferenciar quién llama de Vodafone y quién se hace pasar por la operadora, al igual que determinar cuál es el mensajero al que debe entregar el móvil para que no acabe en manos de los criminales.
¿Cómo han obtenido los delincuentes los datos personales de la víctima para usurpar su identidad? El fraude es uno de los destinos más habituales de los datos que se filtran en incidentes de seguridad, como el que un colaborador comercial de Vodafone sufrió hace varios meses.
En estos casos lo mejor es denunciar a la Policía la suplantación de identidad, remitiendo los datos junto con la grabación a Protección de Datos para que investiguen si se verificó correctamente la identidad, asegurándose de devolver el terminal a la empresa que lo entregó, comprobando el número de referencia de la devolución.