Telefónica renueva las 300 centrales más importantes, sobrevivientes del fin del cobre, para mejorar su eficiencia, seguridad y resiliencia en su nueva etapa como nodos de la red fija y móvil.
El programa de cierre de centrales de Telefónica entrará el próximo otoño en su periodo de mayor intensidad, dado que la cuenta atrás para el apagado minorista de la red de cobre en febrero de 2024, con el que la operadora quiere celebrar su centenario, ya está en marcha.
El fin de las centrales de cobre implica la desconexión de la antigua red, desmontaje y achatarramiento de sus equipos, pero no significa que vayan a desaparecer los edificios que las albergan. En algunos casos, junto con la red de cobre, estos edificios alojan torres, antenas y equipos de la red móvil, además de acoger a las centrales cabecera FTTH que iluminan la fibra que se ha ido desplegando en los últimos años. Otro destino de estos edificios es de hacer de centros de datos edge, alojando servidores en la nube de Telefónica y de otros socios de la nube pública como Amazon AWS que quieren reducir la latencia ubicándose lo más cerca posible de los clientes.
Una sola central de fibra cubre al mismo número de clientes para los que antes hacían falta 4 centrales de cobre, así que Telefónica sólo necesita conservar una cuarta parte de las 8.522 centrales usadas con el cobre para cubrir todo el país.
300 edificios reformados en 3 años
En la mayoría de casos se trata de edificios antiguos con décadas a sus espaldas, que necesitan actualizar sus instalaciones. Telefónica ha puesto en marcha un programa de renovación1 para el que ha seleccionado los primeros 300 edificios por orden de importancia. El objetivo es hacerlos más eficientes, sostenibles y seguros.
En 117 edificios ya se han iniciado los trabajos, que afectan a la eficiencia energética mejorando la envolvente térmica con el fin de minimizar el gasto en climatización e instalando plantas enfriadoras de agua insonorizadas en algunos lugares, sustituyendo a los antiguos equipos de expansión directa.
Las salas técnicas que alojan equipos son insonorizadas para evitar la transmisión de sonidos y vibración al entorno, algo necesario especialmente en cascos históricos y zonas residenciales.
También se renueva el sistema de suministro energético, con cambios en los centros de transformación, grupos electrógenos de respaldo y cuadros de baja tensión, buscando incrementar su eficiencia, optimizar el consumo y mejorar la tolerancia a fallos gracias a la redundancia.
Esos cambios son necesarios para adaptar las instalaciones al menor consumo que supone la fibra, 18 veces inferior al del cobre para la misma cantidad de datos transmitidos. También ayuda el apagado del 3G y en el futuro el del 2G, dado paso a la mayor eficiencia de 4G y 5G.
En los próximos 3 años el número de centrales renovadas ascenderá a 300, afectando al menos a los 4 edificios más importantes de cada provincia.