Las nuevas redes de fibra hasta el hogar traen innumerables ventajas para el usuario en forma de conexiones muy estables, con un gran caudal tanto de descarga como de subida y latencias ínfimas. Pero el precio al que se comercializan no resulta tan rentable como el ADSL, basado en la obsoleta red de telefonía fija. Esta sería una de las razones por las que a Telefónica no le interesa acelerar el despliegue de la fibra, según concluye un estudio de la Fundación Estudios de Economía Aplicada, en el que se advierte que las redes de nueva generación en España pueden heredar del cobre el estigma de ser "las más lentas y caras de Europa".
El sector de las telecomunicaciones en España es uno de los menos competitivos a nivel europeo, del que constantemente hablamos sobre comparativas de calidad de las líneas de acceso españolas con las del resto del continente.
No falta decir que estamos por debajo en velocidad y por encima en precios si tomamos datos medios. Además, tampoco aparecemos en el top 20 del ránking de penetración de redes FTTH que elabora el FTTH Council Europe.
Si no hay inversión, nos quedaremos más atrás en Europa
Según este estudio realizado en la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona, la situación que vivimos con escasos despliegues de fibra, que poco a poco van surgiendo pero que siguen apareciendo de forma muy lenta, se debe principalmente a la falta de inversión de Telefónica.
El ex-monopolio, con una posición en el mercado dominante y cómoda, no se ve con la urgencia de empezar a instalar una nueva red a gran escala (por el momento sólo tiene aproximadamente 20.000 líneas FTTH) ya que la super banda ancha trae la inmediata pérdida de valor de la red antigua de cobre, de la que cobra tanto por sus propios clientes como por los demás operadores por el alquiler del bucle local de abonado.
Además, la obligatoriedad que impuso la CMT a Telefónica de compartir los conductos de "última milla" de fibra con los demás operadores, hacen que la empresa no tenga mucha prisa y prefieran exprimir más el cobre, con el peligro de quedarnos más rezagados competitivamente en Europa, donde sí hay más inversión en redes de nueva generación por parte privada.
Por el momento en el sector privado, lo más cercano a gran escala que tenemos a una red NGN es la red HFC de Ono, que pese a que no instala fibra hasta el hogar, el uso de la tecnología DOCSIS 3.0 en el coaxial la hace llegar a 50 Mbps sin problemas, con el inconveniente que no tiene la misma cobertura que posee la red ADSL actual.
Ayuntamientos y autonomías toman la iniciativa
Ante la falta de un plan nacional e inversión privada, los que están tirando del carro son las instituciones públicas regionales, con el desarrollo de proyectos para traer a su terreno las redes de nueva generación. Los propios ayuntamientos instalan su fibra para alquilarla a operadores, o se abren concursos para conceder la instalación de fibra que conecte las sedes del gobierno autonómico y llegue Internet de gran velocidad a poblaciones menos interesantes desde el punto de vista económico.
El ejemplo más destacado es el de Xarxa Oberta, que el artículo analiza con bastante profundidad y que pretende llegar a todos y cada una de los núcleos de Catalunya, aunque no hay que olvidarse de Asturcón en Asturias que fue la pionera en 2005 llegando a poblaciones de más de mil habitantes (excepto grandes ciudades), el proyecto "Telecable-SOFIEX" de Extremadura, el Plan de Banda Larga de Galicia 2010-2013 o despliegues más pequeños como el de Viladecans o Ermua.