Una de las centrales telefónicas más veteranas del país vive sus últimos días agonizando con los antiguos equipos electrónicos de conmutación funcionando en situación límite. Telefónica ha solicitado a la CNMC que le permita apagarlos antes de tiempo ante la posibilidad de un fallo inminente.
Primera central que permitió contratar ADSL alternativo
La central de Telefónica en el barrio madrileño de Delicias fue construida en 1926, solo dos años después de fundarse la Compañía Telefónica Nacional de España. En abril de 2001 esta central protagonizó un hecho histórico en la historia de la banda ancha de nuestro país. En su interior se habilitó una sala para probar por primera vez la posibilidad de que operadoras alternativas a Telefónica alquilaran la red de cobre para comercializar accesos ADSL que compitan con los del ex-monopolio. Sus instalaciones reunieron a representantes de 15 operadoras de telecomunicaciones y 11 fabricantes de equipos que, supervisados por la CNMC (llamada CMT en aquel entonces), probaron a desconectar un bucle de abonado de los equipos de Telefónica y conectarlos a los de un rival.
Como el resto de las miles de centrales de cobre que Telefónica tiene por todo el territorio nacional, la central de Delicias tiene su cierre programado, siguiendo el plan de la operadora para apagar el cobre una vez que ha sido sustituido por fibra. La fecha de apagado de la central debía ser el próximo 30 de abril de 2024, formando parte de la última tanda de centrales de cobre que Telefónica apagará para celebrar su 100 aniversario.
Daños en la central por inundación
El estado de la central no permite mantenerla en funcionamiento hasta entonces, según admite Telefónica en una petición a la CNMC para que le permita adelantar su cierre. En septiembre de 2020 esta central sufrió una inundación, consecuencia de una rotura de tuberías, que inutilizó los equipos de conmutación Alcatel Lucent 5ESS, lo que dejó a los clientes incomunicados. Una intervención de emergencia la puso parcialmente en marcha de nuevo, pero desde entonces "la central de conmutación ha quedado en una situación de precariedad, con alto riesgo de caídas periódicas y con posibilidad de rotura completa". Los operarios de Telefónica han tratado de reducir la carga y hacer acopio de tarjetas en desuso de otras centrales para disponer de repuestos, pero "la degradación continuada del estado del hardware hace insostenible el mantenimiento correcto del equipo" admite la operadora.
En diciembre de 2022 Telefónica comunicó al resto de operadores que era necesario migrar las líneas que quedaban activas. Las suyas ya han sido desconectadas y solo Vodafone ha alegado que no podrá completar su migración hasta final de octubre, al mantener algunos clientes, principalmente conexiones empresariales.
La CNMC permite a Telefónica que cierre de forma inminente esta central, asumiendo Telefónica el coste de la migración pendiente.
Telefónica se muestra conforme con esta propuesta, pero solicita que la resolución y migración se realice a la mayor brevedad. Este operador justifica su solicitud alegando que el aumento de temperatura propia del verano incrementa el riesgo de tener un fallo crítico.
