Telefónica publica un estudio sobre la drástica mejora del impacto medioambiental que tiene su actividad gracias al fin del ADSL y el apagado de las redes 2G y 3G a favor de la fibra y el 4G/5G. Mientras que en el ADSL la mayor parte del consumo eléctrico se producía en las centrales, con la fibra es en el router del cliente donde se emplea más energía, lo que permite a la operadora reducir costes.
Las últimas 659 centrales relevantes se apagarán en mayo de 2025
El 27 de mayo de 2025 se cortará la alimentación eléctrica de los equipos encargados de mantener en funcionamiento la antigua red de cobre en las 659 últimas1 centrales de Telefónica. Se extinguirá entonces la tecnología que permitió la llegada a España del teléfono hace más de un siglo y del ADSL hace más de dos décadas.
Apagar la red de cobre será un enorme alivio para Telefónica pues además de ineficiente para el transporte de datos, de complicado mantenimiento y exigente con el espacio físico necesario en la central, supone un enorme consumo eléctrico si se compara con soluciones actuales como la fibra hasta el hogar, una tecnología pasiva que no requiere alimentación eléctrica en el cableado que recorre las calles.
Telefónica ha elegido España para realizar un análisis del ciclo de vida2 de sus productos de conectividad en el que evalúa el impacto medioambiental que tiene su actividad y donde detalla cómo el paso del ADSL al FTTH y del 2G/3G al 4G/5G le ha supuesto enormes ahorros y una reducción drástica del impacto medioambiental.
El mayor consumo eléctrico de la fibra se produce en casa de los clientes
En nuestro país en la actualidad el 100% del consumo proviene de fuentes renovables, mientras que en el resto de países donde Telefónica tiene actividad es todavía del 79%. En 2021 el consumo eléctrico por GB era ya un 86% inferior al que registraba la operadora 6 años antes en 2015, cuando la tecnología ADSL todavía era predominante.
Con el cobre es la operadora la que soporta todo el coste energético. El mayor consumo se produce en los equipos de la central y en el cableado que llega a cada abonado. Hay que recordar que con el cobre el terminal telefónico del usuario se alimenta desde la central, que cuenta con una enorme sala dedicada a las baterías de respaldo en caso de corte de suministro.
Con la fibra el consumo eléctrico en la central se limita al OLT y sus equipos complementarios, mientras que en el otro extremo son los clientes los que soportan la parte de la red que más consume: el ONT o en su caso el router que lo integra, como el HGU utilizado por Telefónica. Este equipo requiere estar conectado a la red eléctrica y a pesar de que legalmente se considera que forma parte de la red de la operadora, es el cliente quién paga la factura de su consumo. Según los cálculos de Telefónica, el impacto medioambiental por petabyte transferido sobre la fibra resulta 18 veces inferior al del cobre.
En las redes móviles el mayor impacto proviene de los emplazamientos de la red de acceso y de mantener la red operativa. La cobertura 4G y 5G tiene un impacto medioambiental hasta 7 veces inferior a las 2G y 3G. Para aprovechar estos ahorros en 2025 se producirá el apagado completo de la señal 3G de Telefónica, mientras que el 2G se reducirá a una fracción de espectro mínima, dedicando las frecuencias que sobren a 4G y 5G.
- De forma excepcional se ha retrasado el cierre de 2 centrales en Málaga a 2026.
- telefonica.com/en/wp-content/uploads/sit…sessment.pdf
