El FTTH está empezando a cambiar las reglas en el mundo de las telecomunicaciones. La iniciativa privada ahora tiene que competir con algunas iniciativas públicas en el despliegue de fibra hasta el hogar de los vecinos.
En EEUU unas cincuenta poblaciones están construyendo sus propias redes de fibra hasta el hogar. Según ILSR, una institución que promueve el desarrollo de las comunidades locales, las compañías de telecomunicaciones se niegan a aceptar que la red sea de propiedad pública, llevando a los ayuntamientos a juicio. Para ellas supone una amenaza, sobre todo si son operador dominante en la zona.
Aunque de momento ningún tribunal les ha dado la razón, estas demandas tienen un efecto demoledor, ya que suponen el retraso de los proyectos y gastos legales difíciles de asumir para poblaciones pequeñas.
Monticello, una pequeña localidad de 11 mil habitantes, aprobó el pasado año mediante referéndum con el 74% de los votos, la creación de una red FTTH que cubriese los domicilios de la población. La operadora TDS Telecom, quien también está construyendo una red de fibra en la zona, intenta paralizar la iniciativa pública en los tribunales. A su juicio, la administración no tiene competencias para financiar estas infraestructuras con dinero público.
En España aún se pueden contar con los dedos de la mano las redes FTTH públicas. Miguelturra es el último municipio que ha declara su intención de crear la suya propia, que ya están probando algunos vecinos. Pero el ejemplo más claro de una red pública es el de la red FTTH Asturcon en Asturias, sobre la que dan servicio operadores como Ádamo, TeleCable y Nostracom. Veremos que ocurre con las operadoras tradicionales a medida que otros municipios se suman a iniciativas de este tipo.
Este modelo está dando buenos resultados en otros países. En Amsterdam, sobre la red publica estan dando servicio 8 operadores con una amplia variedad de precios y velocidades. Otros países como Grecia planean la creación de una red de fibra de ámbito nacional de titularidad pública.