El mercado ofrece cientos de repetidores, extensores y amplificadores wifi como una solución rápida a los problemas de cobertura en casa. Sin embargo, su uso debería ser la última opción, dado que los modelos de bajo coste traen más problemas que soluciones.
- 1 ¿Diferencias entre repetidor, extensor o amplificador wifi?
- 2 Por qué un repetidor wifi debe ser la última opción
- 3 Más cobertura a costa de degradar la capacidad de todo el wifi de casa
- 4 Problemas con el roaming entre los puntos wifi
¿Diferencias entre repetidor, extensor o amplificador wifi?
Todo el mundo quiere disfrutar de una red wifi con cobertura homogénea siempre disponible en toda la casa, capaz de reproducir cualquier contenido sin problemas de buffering y sin tener que adoptar posiciones incómodas para seguir conectado en las habitaciones donde la señal llega más justa.
Cuando la señal emitida por el punto principal, normalmente el router, no tiene suficiente fuerza para cubrir toda la superficie, la primera solución que viene a la cabeza es comprar un repetidor wifi. La idea es atractiva: un dispositivo situado en un punto intermedio donde la señal aún llega con suficiente nivel, que es capaz de repetirla para extender el alcance.
La industria aprovecha esta demanda para ofrecer cientos de extensores, repetidores y amplificadores wifi que prometen acabar de una vez por todas con todos los problemas de cobertura, pero la realidad es que en la mayoría de los casos el cliente va a encontrarse que no cumplen lo que prometen, o que si lo hacen es a costa de añadir problemas nuevos que harán que odiemos más el wifi.
Es importante aclarar que aunque se usen diferentes nombres, cuando decimos repetidor, extensor o amplificador nos referimos a lo mismo, un dispositivo que por una parte se conecta al punto de acceso principal como un cliente más (enlace que llamamos backhaul) y que por la otra actúa como otro punto de acceso creando una nueva red wifi, haciendo de puente entre ambas partes.
Por qué un repetidor wifi debe ser la última opción
Aunque sea la primera idea que se nos ocurre para mejorar la cobertura wifi, un repetidor es la peor de las opciones y por tanto debería ser la última.
- La primera forma de extender el alcance de una red wifi es mejorando el punto de acceso wifi principal, con lo que evitamos crear nuevas redes wifi que saturen el espectro. Eligiendo un router con más antenas y flujos MIMO, además de más velocidad simúltanea, consiguiremos que sea capaz de enfocar la señal hacia el cliente con más precisión y ser más sensible para escucharle, lo que se traduce en mejor cobertura.
- La segunda opción es instalando un punto de acceso wifi secundario conectado por cable al router principal y emitiendo en un canal distinto a este. No restamos capacidad a la red wifi principal al enlazar ni al emitir la nueva red.
- Solo si no podemos mejorar el punto de acceso principal o conectar con él mediante cable nos plantearemos usar un repetidor wifi, pero en este caso hay que ser consciente de todos los problemas que conlleva.
Más cobertura a costa de degradar la capacidad de todo el wifi de casa
El wifi tiene tres bandas de frecuencias, de las que la veterana 2,4 GHz y la de 5 GHz son las más utilizadas. En el primer caso nos ofrece más alcance y en el segundo más velocidad. Los repetidores más económicos solo traen la primera de ellas, por lo que la velocidad no es su fuerte. Uno de los más conocidos y digno de mención (solo para advertirte de que no lo compres) es el Xiaomi Mi Wi-Fi Range Extender Pro, que sobre el papel promete una velocidad de 300 Mbps, calculados gracias a su WiFi 4, MIMO 2:2 y ancho 40Mhz. La realidad es que en el mejor de los casos no serás capaz de superar los 50 Mb, probablemente la mitad de esta cifra a poco que lo alejes del router principal.
- El primer problema de un repetidor wifi es que hereda las condiciones de la señal wifi que llega a su ubicación. Si el nivel de la señal que le llega no es óptimo, sólo podrá compartir los pocos megas a los que es capaz de enlazar con el punto principal.
- Al enlazar con el router principal por wifi, acapara para sí buena parte de la capacidad disponible para el resto de dispositivos de la red wifi principal.
- Aún cuando enlaces a la máxima velocidad posible, la amplia mayoría de repetidores solo cuentan con una radio en cada banda. En la banda utilizada de backhaul la red repetida está siempre en el mismo canal que la original. Esto implica por una parte que el repetidor compite con el router principal por el tiempo de emisión del canal, restando velocidad a todos los dispositivos de ambas redes.
- Por otra parte, la banda utilizada como backhaul degradará su velocidad un 50%. Una única radio implica que el repetidor puede escuchar o emitir, pero no hacer las dos cosas a la vez. La mitad del tiempo utilizará la radio para recibir datos de los clientes y la otra mitad les hará callar para enviar los datos al punto principal. El resultado es directamente la caída de la velocidad wifi del repetidor a la mitad y un aumento de la latencia.
- Aunque tu router sea doble banda, este problema lo tendrás siempre en la banda que elijas de backhaul. Si eliges la de 5 GHz, la mayor velocidad que esperabas obtener se quedará en la mitad. Si enlazas por la de 2,4 GHz, será ésta banda más lenta la que determine la velocidad del repetidor, a la vez que saturarás fácilmente la red principal en esta frecuencia que ya de por sí suele estar muy utilizada.
- Estos problemas nos llevan a elegir un repetidor con tres radios: 1 dedicada a enlazar y 2 dedicadas a emitir. Esta sería la situación ideal si no fuera porque este tipo de dispositivos escasean y su precio se dispara, haciendo que la inversión en un punto de acceso cableado sea una mejor opción.
Problemas con el roaming entre los puntos wifi
Aun en el caso de que hayas conseguido extender la cobertura a todos los rincones de la casa con una velocidad suficiente, el repetidor introduce nuevos desafíos. Ahora los clientes tienen dos puntos de acceso para elegir y no siempre lo harán con el correcto. La teoría es que poniendo el mismo SSID (nombre de la red), contraseña y tipo de cifrado, los clientes se conectarán automáticamente al que llegue con más fuerza, pero esto no siempre es así. Es habitual que un móvil conectado al punto principal no pase automáticamente a conectarse al repetidor que le daría mejor servicio al desplazarnos. Este problema se conoce como sticky client.
La solución es emplear los protocolos wifi que gestionan el roaming IEEE 802.11k/v/r, pero esto no lo encontrarás en muchos repetidores wifi económicos, por lo que un repetidor de este tipo introducirá un nuevo quebradero de cabeza cuando te muevas dentro de casa.