El organismo regulador de las telecomunicaciones en Reino Unido ha permitido a los operadores de telefonía móvil aumentar el nivel máximo de potencia emitida desde sus antenas 3G al doble de lo actual, con tal de cubrir más área con el mismo número de estaciones base.

Han pasado años desde que los operadores británicos, comandados por Vodafone y a la que después se sumaron O2, T-Mobile, Orange y 3, pidiesen a las autoridades que se permitiese aumentar la potencia máxima transmitida desde las antenas para mejorar la cobertura de la red 3G sin tener que instalar nuevas, y finalmente el regulador Ofcom (lo que vendría a ser la CMT en España) ha aceptado la propuesta.
Consciente de que el cambio propuesto era importante y que el debate no iba a poder ser retomado durante un largo periodo de tiempo, Ofcom ofreció aumentar en 6 dB la potencia máxima, que se situaba anteriormente en los 62 dBm de PIRE (1,58 kW), pero la mayoría de los operadores consideraron suficiente su propuesta inicial que solicitaba un aumento más contenido de 3 dB, llegando a los 65 dBm de PIRE (3,16 kW) y, en definitiva, doblando lo que se permitía hasta ayer.
Siempre que se toca el tema de las radiaciones desde las antenas de telefonía móvil hay voces discordantes, con razón o no, que consideran que aumentar las emisiones podría afectar negativamente a la salud de los ciudadanos, así que sólo se decidieron a dar el paso una vez la Agencia de Protección de la Salud concluyó que el aumento no se consideraba peligroso, ya que se mantenía dentro de los límites.
Por otro lado, ante las quejas de los usuarios de zonas del espectro cercanas a las frecuencias de 3G (2.100 MHz), Ofcom los tranquiliza diciendo que no tiene por qué notarse un efecto negativo en sus comunicaciones debido al aumento de la potencia de los espúreos emitidos fuera de banda.