El organismo encargado de regular Internet en Europa ha abierto una base de datos, todavía en fase de concepto, en la que los operadores podrán indicar la localización geográfica de una dirección IP.
Desde hace un tiempo, la única forma de saber a qué zona geográfica pertenecía una dirección IP (por ejemplo, un cliente de un operador) era a través de métodos externos. Ahora, RIPE NCC facilitará almacenar y acceder a esta información.
Aunque se trata de una base de datos todavía en fase de prototipo y como prueba de concepto, una vez pase a funcionar de forma efectiva su cometido será asociar una localización geográfica a una dirección IP, información que la podrán introducir directamente los operadores (sus propietarios), y quedará accesible al público.
A partir de los atributos geoloc: para la posición física y "language:" para el idioma, las empresas proveedoras de contenidos podrán ajustar sus campañas ofreciendo servicios para esa localización en concreto, o incluso asegurar que la información llega al usuario en el idioma correcto cuando se ejecutan procesos de redistribución de IPs.
Esto, claro, puede tener repercusiones en la privacidad de los usuarios, ya que terceros pueden saber con cierta exactitud dónde están a partir de su dirección IP pública. Para ello, se recomiendan varios niveles de precisión a la hora de introducir los datos, o que el propio sistema haga aleatorio de algún modo el círculo en el mapa (punto central, radio, etc)
De todos modos, falta saber cómo finalmente esta información se introducirá en la versión final de la base de datos, ya que eso será tarea de los operadores.
