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¿Realmente necesitas una VPN para navegar protegido por internet?

Joshua Llorach
VPN

Hasta quien no tiene demasiada idea de cómo funciona una VPN se siente desprotegido si no navega con una, especialmente después de ver como influencers y youtubers esponsorizados por la floreciente industria de las VPN recuerdan a mitad del vídeo lo vulnerable que eres si no la contratas, aprovechando la irresistible oferta que están promocionando. Incluso artículos especializados en medios reputados traen el correspondiente enlace de la marca que ha pagado por su publicación. Pero ¿realmente necesitas una VPN para navegar por internet? ¿Qué puede pasar si no la usas?

Qué es una VPN

El principio básico de funcionamiento de una VPN es la creación de un enlace o túnel cifrado entre dos puntos de Internet. La información que se intercambia a través de este enlace está codificada, de modo que solo el remitente y el destinatario pueden acceder a su contenido. Incluso si un tercero accede al flujo de datos no tendrá forma de descifrarlos para saber qué contienen.

Esquema VPN
Ruta que siguen los datos de tu conexión al usar una VPN

Este enlace seguro tiene muchas aplicaciones, como conectar remotamente de forma segura con la red de tu empresa o acceder a tu red local doméstica cuando estás de viaje, lo que permite usar sus recursos como si estuvieses conectado al wifi de casa.

Las VPN comerciales utilizan este túnel cifrado con un enfoque distinto, creando un enlace entre tu ordenador o smartphone y sus servidores para darte salida a Internet a través de ellos, de forma que cuando navegas lo estás haciendo virtualmente como si estuvieses en sus máquinas, mostrando su IP en los sitios a los que accedes. Incluso te permiten elegir qué nodo de salida quieres utilizar entre varios situados en diferentes zonas del mundo.

De qué te protege una VPN

Como hemos visto, al usar una VPN, nadie que no sea tu proveedor de VPN puede saber a qué contenidos accedes, qué información descargas, o qué ficheros compartes en internet, así que dejamos fuera de la vista de terceros toda tu actividad en la red.

Esto es especialmente útil si utilizas redes wifis públicas, sobre todo si están abiertas, ya que la información que circula en ellas no viaja cifrada y cualquier otro usuario de la red, conectado a ella o simplemente escuchando los paquetes transmitidos al aire con herramientas ampliamente disponibles para este fin, puede obtener credenciales y otros datos enviados desde tu dispositivo. Utilizar una red wifi pública sin VPN para hacer gestiones sensibles es exponerse a que un tercero obtenga datos delicados.

Otra aplicación es complicar el trazado de tu actividad en internet. Si utilizas programas de intercambio de archivos o ves retransmisiones P2P, estás exponiendo tu IP a otros pares, entre los que puede haber una de las empresas cazarrecompensas que se dedican a mandar cartas de amenaza exigiendo el pago de una cantidad económica para evitar ir a juicio. Al usar una VPN la IP registrada es la del proveedor VPN y no la que te asigna tu operadora de internet, así que no tienen forma de dirigirse a tu compañía de internet pidiendo los datos personales del titular de la línea.

Saltando bloqueos geográficos y de las operadoras

Las webs y servicios a los que accedes no tienen forma de saber cuál es tu ubicación real, así que uno de los usos más comunes de las VPN es para simular que estás en otro país y acceder a contenidos bloqueados geográficamente. Por ejemplo para ver en Netflix o Prime Vídeo películas y series no disponibles en tu región. Hay quien también usa esta característica para obtener un mejor precio de la suscripción, aprovechando que las plataformas ofrecen precios más bajos en ciertos países.

Las operadoras tienen sistemas de filtrado que analizan los metadatos de los paquetes que salen desde tu conexión para clasificar el tipo de tráfico y saber si se trata de descargas de contenidos o de streaming de vídeo, aplicando en algunos casos reglas que ralentizan la velocidad de este tipo de tráfico. También analizan las cabeceras HTTP, incluso del tráfico cifrado HTTPS, para saber a qué servidores accedes. La ley les obliga a filtrar el acceso a ciertas webs, como las que aparecen en los famosos listados semanales que las principales operadoras están obligadas a bloquear.

Al utilizar un VPN dejamos este sistema fuera de juego. La operadora solo sabe que hay un enlace VPN, pero éste está cifrado y no tiene forma de conocer su contenido. El resultado es que puedes acceder con normalidad a cualquier web, incluso aquellas bloqueadas por la ley.

Desventajas de una VPN

Pero no todo son ventajas. Al utilizar una VPN tu información no sale directamente desde la red de tu operadora hacia su destino, sino que debe pasar por los servidores de la VPN, los cuales pueden estar lejos o no tener una ruta óptima al destino, lo que aumentará la latencia, justo al revés de lo que la publicidad de algunas VPN asegura, prometiendo mejorar el ping para jugar online.

Tampoco mejorará la velocidad. Al revés, lo normal es que empeore, sobre todo si tu proveedor sobresuscribe usuarios y sus servidores están saturados.

Sin embargo el punto más peligroso de las VPN es que transmiten una falsa sensación de seguridad, ya que aunque es cierto que nadie tiene acceso a la información que intercambias, tu navegador sigue mandando al destino la misma metainformación, cookies y otros parámetros a partir de los que se puede inferir una huella única para tu usuario.

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