Es prácticamente imposible no echar un vistazo a lo que la "blogosfera" pone a echar a andar. ¡Para que luego digan que la burbuja acabó a principios de este nuevo siglo! Por eso, nos unimos al grupo de usuarios de esta... aplicación Web 2.0 claro. De unos días hacia aquí, Twitter se ha convertido en el absoluto protagonista. Incluso se hacen rankings donde hay nombres conocidos, mapas (esto si que nos llamó la atención) o aplicaciones -ésta es para Mac- francamente atractivas. Vamos, la twittermania, con sus fans.
¿Qué es Twitter? Es inmediatez ante todo. Una comunidad basada en una aplicación web que recoge lo que un usuario escribe en pocas líneas y que, supuestamente, relata qué está haciendo en ese preciso instante. Es simple pero adictivo. Con la típica mezcla de amigos se forma una red tremenda donde se puede leer como Enrique Dans tiene una agenda apretada esta semana, Eduardo Arcos acaba de terminar de comer y sale para el oculista, cuándo se despierta Manuel Almeida o qué escribe Alvy por nombrar al azar algunas de mis debilidades blogueras. Telegrafía pura sin censura, aún más directo que un blog si cabe.
¿Y... bien? Ustedes dirán si realmente estamos equivocados o hay algo que aún no vemos. Sí, hay cosas interesantes como que se puede actualizar vía teléfono móvil o por medio de IM; el tráfico en Technorati es enorme además. Me divierto a ratos, sobre todo viendo como algunos duermen más bien poco pero ¿la utilidad es proporcional? No sé si es que terminamos muy desencantados de todo el amor que pusimos en orkut y nunca funcionó, al revés de lo que nos ocurre con Flickr o Last.fm, donde el valor añadido por cierto si aparece más transparente.
