
A partir del próximo 7 de junio no podrán entrar en España llamadas procedentes del extranjero identificándose con un número nacional. Es la medida más drástica que contempla la orden del Ministerio de Transformación Digital publicada en el BOE a principios de año, con la que se quiere limitar el CLI spoofing: la falsificación del identificador de llamada, una práctica común en las llamadas fraudulentas y de spam. Movistar se adelantó y desde inicio del mes de abril ya no deja que este tipo de llamadas entren a través de su interfaz de conexión internacional con destino a sus clientes.
Reino Unido tomó la misma decisión unos meses antes, en un intento de frenar la plaga de fraude telefónico que sufre la nación, pero desde entonces han aprendido que los criminales se las ingenian para seguir introduciendo llamadas en la red telefónica pública, evadiendo el filtrado de las llamadas que entran a través de la ruta oficial.
La primera medida la ha tomado Ofcom, el regulador de las telecos del país, prohibiendo la cesión a terceros1 de los llamados Tïtulos Globales, identificadores utilizados por las operadoras para identificar a su red para cursar llamadas y mensajes a nivel mundial. En ocasiones se alquilan a otros operadores que a su vez los re alquilan a otras compañías para que puedan acceder a la red telefónica internacional, perdiéndose la cadena de custodia y facilitando así la entrada de tráfico malicioso.

Granjas de SIMs
La segunda llega desde el Gobierno, de la mano del Ministro del Fraude2, con la prohibición de la posesión y venta dentro del territorio nacional de dispositivos conocidos como SIM Box, o granjas de tarjetas SIM.
Estos equipos cuentan con decenas de módems (hasta 512) instalados en forma de matriz, cada uno con su slot para instalar una tarjeta SIM de una operadora. Al activarse simulan ser móviles de abonados legítimos conectados a las diversas redes de las operadoras.
Centros de llamadas situados en el extranjero se conectan remotamente a través de internet mediante VoIP con el SIM Box ubicado dentro del país, que se encarga de distribuir el tráfico de llamadas y mensajes entre las líneas operativas, inyectándolo en las redes móviles de las operadoras utilizando numeración nacional, evitando así el filtrado que se aplica en las interfaces de conexión internacional.
La posesión y venta de SIM Box dentro del territorio de Reino Unido estará penalizada con sanciones a partir de 5.000 libras. La medida persigue evitar el uso de estos dispositivos para seguir haciendo llegar el tráfico malicioso a la red pública telefónica.