Llegamos al final de esta serie sobre el famoso canon digital. En España, hasta el año 2003 como hemos visto, no había ningún listado sobre los artículos electrónicos que debían soportar un canon y se decía sólo que debían abonar la cuota aquellos que fueran idóneos para realizar copias y grabaciones. Esa es la razón por la que la SGAE necesitaba informes periciales que determinaran qué artículos debían estar gravados con la tasa y cuáles no. Hoy, está denunciado. Aún así, la realidad nos dice que en 2006 una ley consagró como norma jurídica el canon.
Después de leer a los juristas, es conveniente escuchar al sentido común, el que se debe usar para redactar las leyes en Las Cortes. "Lo único que exige el Convenio de Berna es el que exista algún tipo de compensación considerada equitativa para los autores, y eso permite una interpretación enormemente laxa. Una compensación surge, por ejemplo, derivada del hecho de la difusión adicional que proviene de la propia red, algo que muchos autores utilizan ya para generar buenos ingresos (véase Radiohead y otros). Y además, está la evidente necesidad de reformar el vetusto Convenio de Berna, proveniente de fines del siglo XIX y reformado siempre en el sentido de beneficiar a los "vendedores de plástico", con el fin de adaptarlo a un entorno en el que la red no es algo que haya que compensar, sino algo que hay que agradecer", explica Enrique Dans, profesor del Instituto Empresa. Como decíamos, con voluntad y asumiendo la tecnología, todo es posible: "Lo es si existe la voluntad adecuada: la de obligar a una industria a evolucionar, en lugar de subsidiar su absurda ineficiencia con el dinero de todos los españoles. La música y la cultura no están en crisis, de hecho, están mejor que nunca: nunca ha habido tanta música y cultura como ahora. Es la industria la que está en crisis, como tantas otras industrias antes, y el canon es una manera de perpetuar sus ineficiencias".
Víctor Domingo, presidente de la Asociación de Internautas y portavoz de la plataforma todoscontraelcanon, en la que participa la industria tecnológica, reconoce que "se ha creado un mercado negro y los consumidores están comprando los productos fundamentalmente a través de Internet o en las tiendas de inmigrantes chinos para evitar el pago del canon digital". Existen tiendas como CDRohlinge24 que permiten comprar sin canon de forma rápida y segura. Incluso con portes sale a cuenta el pedido. La AI lo tiene claro: "Primero hay que eliminar el canon tal y como se nos impone, después, en caso de que tuviera que haber, una alternativa es gravar las obras protegidas, osea, los originales, es mucha más sencillo y desde luego no resulta indiscriminado, arbitrario y abusivo"
La gloria de la Biblioteca de Alejandría es un recuerdo lejano. Pero en Internet la estamos construyendo. "La copia privada es un derecho inalienable que parte del sentido común: la función de las obras es llegar a su público", relata Enrique Dans que nos servirá de colofón con su opinión sobre el P2P: "Algo completamente generalizado y aceptado, que puede hacerse de manera sencillisima, que no daña a nadie, que no es detectable (puede ser encriptado) y que para serlo, tendría que conllevar la suspensión de mis garantías constitucionales (secreto de las comunicaciones o inviolabilidad del domicilio) no puede ser declarado ilícito, hacerlo supone un absurdo conceptual y una criminalización de toda la sociedad. Y lo que es peor, basándose en algo falso: que el intercambio perjudica al autor"
Viene de:
> ¿Qué se puede hacer con el canon? (Parte I)
> ¿Qué se puede hacer con el canon? (Parte II)