Esta pregunta tan singular no es retórica. Fue realizada por Teo Cardalda, presidente de la Asociación de Compositores y Autores de Música (ACAM), en el transcurso del VII Seminario Internacional SGAE organizado por la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) y la Fundación Autor. El artista en su ponencia denuncia que la sociedad digital quiere imponer "cero euros" a los productos culturales. Defendió el trabajo de las entidades de gestión como valedores, tras la cesión de derechos a terceros, de los músicos por encima incluso de los editores. A éstos, a la Industria en definitiva, les pidió que no mantuvieran "su tradicional política dirigida a sostener su histórico incremento de beneficios". La red de redes cambia el panorama y la "eclosión de la copia privada" no le preocupa "en parte se subsana" con el canon, pero la piratería organizada, "top manta y mochileros", sí es un problema grave que hay que atajar. Por ello, agradeció a la Ministra de Cultura Carmen Calvo el anuncio de un Plan Nacional contra la Piratería "algo muy necesario". Sin embargo le advirtió "que no se dejara engañar por los que pretenden convertir el acceso a la cultura en un mercadillo".
El antiguo componente de Cómplices, pidió que parara la "expoliación patrimonial" de las obras creadas por los autores "y que desde luego nos pertenecen". Distribuidas masiva y anónimamente "bajo la falsa premisa de que la sociedad del conocimiento no es otra cosa que el intercambio libre y gratuito de cualquier tipo de información" haciendo especial referencia al FTP y el P2P, al que considera un "fraude" y que le sirvió para navegar en terreno pantanoso al decir que la "distribución ilegal" de las obras contenidas en un disco duro se realizan "con ánimo de lucro puesto que el autor de este fraude sí se beneficia económicamente al hacerse efectivo un ahorro y, también, obtiene una ventaja puesto que obtiene una mayor prioridad en la descarga de ficheros a medida que ponga un mayor número de los mismos". Algo bastante diferente a lo declarado, por ejemplo, por el Fiscal General del Estado Conde-Pumpido hace unos días en relación con la copia privada, sobre el que también tuvo tiempo de hablar aseverando que sus palabras, que acogió con "asombro y preocupación" no contribuían al "restablecimiento de la relación sociedad-autor (...), una relación quebrada por los intereses maniqueos de unos pocos ciudadanos".
Como reflexión final, quiso resaltar una vez más "cuan difícil es permanecer impasible ante el hecho que el resultado de tu esfuerzo y trabajo sea utilizado sin tu consentimiento en aras de una supuesta libertad" y, como consecuencia, una "etiqueta de precio: cero euros". Libertad que le parece bien en los casos de artistas que quieran acogerse a la Creative Commons porque comienzan en la música pero que no puede servir para "quien hace de su actividad artística su medio de vida".