Con esta pregunta abre la interesante charla TED de un profesor de la Universidad de Edimburgo, que demuestra las posibilidades que tiene la tecnología Li-Fi para transmitir datos utilizando LEDs de luz visible, y la presenta como una solución a las limitaciones de las comunicaciones inalámbricas actuales.
Hace unos días nos hacíamos eco de que investigadores alemanes habían conseguido llegar a transmitir a 800 Mbps utilizando tecnología LED, llevando las redes ópticas al mundo inalámbrico.
Siguiendo con esto, en TED se ha publicado1 una vídeo-presentación realizada por Harald Haas, un investigador de la Universidad de Edimburgo dedicado a innovar en las formas de transmitir datos sin cables.
Haas plantea cuatro importantes problemas que tienen los medios inalámbricos actuales. Por una parte, su capacidad es bastante limitada debido al pequeño espectro que utilizan, con lo que tienen un problema de crecimiento a largo plazo, que ya se está empezando a hacer notar en algunas ciudades cuando el tráfico que tienen que soportar las antenas 3G es demasiado para ellas.
Por otro lado, la eficiencia energética tampoco es el punto fuerte de los 1,4 millones de estaciones base de telefonía móvil instaladas en todo el mundo, ya que únicamente el 5% de su consumo está dedicado a radiar. El resto, en esencia, a refrigerarla.
También hay problemas de disponibilidad, ya que las redes móviles no cubren todos los sitios, y hay potenciales problemas de seguridad, ya que nuestras comunicaciones se emiten al espacio libre pudiendo ser capturadas.
La infraestructura para la comunicación con LEDs está ya ahí"
Para corregir todas estas pegas, presenta a la luz como una de las posibles soluciones. Utilizar los 14.000 millones de bombillas funcionando por todo el mundo para transmitir datos puede estar todavía bastante lejos ya que supone cambiar todas y cada una de las bombillas incandescentes, pero bajo su punto de vista, esto aseguraría solventar todos los problemas de las telecomunicaciones inalámbricas que usan ondas radio.
Debido a que la luz visible ocupa 10.000 veces más espectro que el que tenemos disponible para las emisiones electromagnéticas de ondas, el problema de la capacidad parece fácilmente solventado.
La eficiencia energética de los LED está fuera de toda discusión, pero es que además, al utilizarse las propias bombillas para iluminar y transmitir datos a la vez, el coste de éstos últimos es cero.
El único requisito es colocar un modulador de amplitud o amplitud y fase como el SIM OFDM que utilizó en su charla Haas, para que la luz emitida se pueda convertir por un sensor en corriente eléctrica (los bits de información). Hay tantas oscilaciones de luz por segundo, que el ojo no se da cuenta y no molesta. Nosotros vemos un nivel de luz contínua, pero el ordenador sí es capaz de detectar esas rápidas variaciones, sin verse afectado por otra luz ambiente (filtra la "componente contínua").
Además, el prototipo presentado permite apagar la bombilla pero seguir manteniendo activa la emisión de datos con unos niveles de luz imperceptibles para el ojo humano.
La seguridad queda cubierta por el hecho de que la luz tiene un rango de incidencia limitado, en lugar de las ondas electromagnéticas de ahora, que atraviesan las paredes tranquilamente enviando nuestros datos a todos lados.
Por último, en condiciones ideales, cualquier punto de luz, esté donde esté, es una potencial fuente de comunicación, con lo que no habría problemas de cobertura.
¿Nos conectaremos a través de las farolas en un futuro?
Es seguramente la primera vez que vemos un sistema óptico inalámbrico de este tipo funcionando. En la charla, se utilizó una lámpara con un LED de 3 dólares para emitir un vídeo en alta definición que el ordenador reproducía ante el público.
Por el momento, la velocidad obtenida se queda en los 10 Mbps, aunque espera que este mismo año el mismo diseño llegue a los 100 Mbps y en un futuro a 1 Gbps.
En su opinión, este tipo de tecnología puede ser parte del futuro a medio plazo, ya que la infraestructura ya está instalada, con los 1.400 millones de bombillas en todo el mundo. Claro que, como ya hemos dicho, haría falta cambiarlas todas por LEDs con moduladores.
Pero además de incorporar los puntos de acceso con todo lo que ello supone (el propio cambio de las bombillas, conectarlas a Internet…), los dispositivos también deberán tener sensores de luz compatibles, aunque la mayoría de nuestros teléfonos ya tienen uno con potencial para ser usado: la cámara.
Veremos si dentro de unos años podremos ir conectándonos a través de las farolas del alumbrado público. Todavía es una idea lejana, pero quién nos iba a decir hace unos años que estaríamos navegando a varios Megabits por segundo con los móviles, cuando sólo servían para llamar y poco más.