Subir el volumen de los anuncios publicitarios es una de las muchas técnicas empleadas por los creativos para hacer que capten más la atención del espectador. Sin embargo, se trata de una práctica muy molesta que obliga a tener el mando siempre a mano para poder corregir los cambios de volumen que llegan con las pausas publicitarias. Incluso hay televisores que traen una opción para normalizar automáticamente el audio y evitar grandes contrastes en el sonido.
Lo cierto es que se trata de una práctica prohibida. Desde el año 2010 la ley limita1 en España el "nivel sonoro" de los anuncios que se emiten en televisión y en la radio, indicando que "no puede ser superior al nivel medio del programa anterior".
Hay un caso en el que esta normativa se tuvo que aplicar. En mayo de 2018 la CNMC requirió2 a Fox Networks que adecuara el nivel sonoro de la publicidad emitida en su canal National Geographic, tras comprobar que se estaba reproduciendo con un nivel mayor que el resto de la programación por un problema técnico.
A pesar de estar prohibido, los cambios de volumen al llegar la pausa publicitaria o al cambiar de canal se siguen produciendo, aunque técnicamente la señal se ajusta a la normativa. ¿Cómo es posible?
El nivel del sonido es subjetivo para los humanos
Y es que medir el volumen del sonido es un asunto muy complejo, ya que la percepción que tenemos los humanos del nivel sonoro depende de muchos factores. Aún teniendo el mismo nivel de decibelios, no nos parece igual de ruidoso un pitido puntual que uno continuo que dura varios segundos. También influye la frecuencia, aparentando que son más fuertes los que están en las frecuencias de la voz humana, donde nuestro oído tiene mayor sensibilidad.
Los típicos medidores de volumen que traen los equipos de sonido en realidad muestran el nivel eléctrico de la señal, pero no sirven para estimar la sonoridad que percibe un humano. Aun teniendo dos grabaciones el mismo nivel de pico máximo, una puede tener para el espectador un volumen aparente muy superior a la otra. Esto se puede comprobar comparando el volumen aparente con el que suena un álbum antiguo con uno actual, donde la tendencia ha sido comprimir el rango dinámico del sonido para que suene con mayor intensidad sin distorsionar, fenómeno que se conoce como guerra del volumen.
El nuevo Plan Técnico de la TDT fija un volumen máximo real para los canales
El Ministerio para la Transformación Digital publicó recientemente su proyecto de real decreto con el futuro Plan Técnico Nacional de la Televisión Digital Terrestre que planifica la evolución de la televisión en España a la Ultra Alta Definición en dos fases. En la primera se migrará el múltiple RGE2 al estándar tecnológico DVB-T2 para aumentar su capacidad binaria, con el fin de que pueda albergar 4 canales en 4K, que previsiblemente serán las versiones UHD de La 1, La 2, Antena 3 y Telecinco.
Sin embargo, el nuevo plan técnico traerá desde su entrada en vigor, una nueva obligación respecto al audio para todos los canales, incluidos aquellos que durante la fase 1 sigan emitiendo como ahora en HD.
El plan actual dice que el audio puede ser estéreo o multicanal 5.1, pero el nuevo plan3 es mucho más preciso, al fijar un nivel de sonoridad máximo:
La señal de audio podrá ser estéreo, multicanal, o de nueva generación. El nivel de sonoridad del audio de los programas de televisión deberá estar normalizado a un nivel de -23,0 LUFS, con una tolerancia de ±1,0 LU, conforme a la norma UITR BS.1770 de medición de la sonoridad del audio y a la recomendación EBU R128. El sistema de codificación de audio será conforme con la norma internacional ITU-R BS.1196, y con los apartados 6.1 a 6.5 “Audio”, de la norma europea ETSI TS 101 154.
Qué son los LUFS
LUFS (Loudness Units Relative To Full Scale) es una nueva medida estandarizada de sonoridad del audio adaptada a la naturaleza del oído humano, que resulta mucho más fiable a la hora de determinar el volumen de sonido. En vez de reflejar sólo el nivel eléctrico de pico o medio de una señal como ocurre con los decibelios, tiene en cuenta también su duración y la frecuencia para reflejar el volumen que percibirá un humano.
Las plataformas de streaming como YouTube o Spotify4 ya utilizan esta medida para normalizar los contenidos subidos por los usuarios de forma que los espectadores perciban un nivel uniforme.
La normativa EBU R128 a la que hace referencia el nuevo plan técnico fue creada por la European Broadcasting Union precisamente para solucionar los cambios de volumen que se producen en las emisiones televisivas y fija en -23 LUFS como el nivel de sonoridad ideal al que deben ajustarse todos los canales para que el público no perciba cambios al hacer zapping, con las pausas publicitarias o entre programas.