En Internet es muy común que olvidemos la motivación original que nos llama a "engancharnos" a un determinado medio de distribución, a una comunidad online, un foro, una lista de correo o cualquier medio participativo, así como es bastante frecuente participar en ellos de forma muy distinta a como lo haríamos de tratar en carne y hueso con nuestro interlocutor.
Es el caso de comunidades como BandaAncha o Barrapunto, etcétera, donde sobre todo en los últimos tiempos surgen a menudo debates sobre la saturación e invalidación de recursos por exceso de ruido una vez que se ha alcanzado una cierta masa crítica de usuarios. Pero no toda la carga cae del lado de la masificación, es también habitual el que muchos de los que participamos en ellas con ánimo constructivo caigamos fácilmente en la provocación y contribuyamos a sostener flamewars, trolls, y otros fenómenos igualmente inútiles, tal vez pensando erradamente en que podemos cambiar algo, cuando es notorio que desde siempre el único método que parece efectivo para la higiene de una comunidad exitosa (al menos en cuanto al número de usuarios y la cantidad de gente que se reune en ella en un momento determinado) es precisamente ignorar completamente la provocación o las intervenciones insustanciales que no aportan nada.
Esta tarde me pasaba rwx una referencia a una interesante entrada en Microsiervos que, pienso, es interesante también comentar en un sitio como BandaAncha; trata sobre unas normas básicas y de sentido común para hacer la estancia en estas comunidades más agradable a todos, y tal vez recuperar un poco de aquello que nos llamó a unirnos a ellas: Guía para comentar en weblogs. Puede ser interesante añadir, como comenta un visitante en las respuestas, que la ironía bien utilizada también es una potente herramienta de discusión y a menudo hace de la comunidad un lugar más agradable.
Tangente a este problema, que no es menor, el otro día leíamos en La Cosa Húmeda una reflexión sobre la problemática de los Pobrecitos Habladores en BarraPunto (si aún queda algún despistado que no sepa quienes son esos Pobrecitos Habladores, explicar que se trata de los usuarios que escriben de forma anónima, del mismo modo que en BandaAncha los anónimos aparecen bajo el pseudónimo de BocaDePez). Algernon de algún modo relacionaba el problema con el abuso del anonimato, una discusión que aquí también hemos tenido en más de una ocasión: El Pobrecito Hablador. Lo cierto es que el problema está suscitando bastante preocupación.
Al enviar una reflexión como esta no queda otra que ser consciente de las posibilidades de revuelo que encierra, sobre todo desde el momento en que se menciona el anonimato como una de las posibles causas de la degeneración de las comunidades. Pero siendo positivos pensémoslo mejor como un lugar donde poner en práctica algunos de esos consejos. Tampoco conviene olvidar aquellos otros viejos códigos de comportamiento aún válidos, que se reunieron para servir a la convivencia en las News y listas de distribución y la comunicación mediante correo electrónico, pero que, salvo los apartados más específicos, es aplicable casi a cualquier otro ámbito en la red: La Netiquette o netiqueta. Por su interés, y porque aunque parezca falso lo cierto es que actualmente parece que las tenemos cogiendo polvo en el armario de "la abuela" las enlazamos aquí, junto con algún que otro documento que pienso que resulta de igual interés:
Netiquette Las reglas de convivencia del mundo electrónico
Cómo hacer preguntas de manera inteligente