DVB-I hace posible la transición de la TDT hacia internet para competir con la calidad e interactividad de las plataformas de streaming, unificando de forma transparente para el usuario los canales de radiodifusión terrestres y los de televisión por internet. El grupo Mediaset anuncia su lanzamiento comercial en pruebas para el 2023 en Italia con el respaldo de varios fabricantes de TV.
La TDT pierde el tren del 4K
La televisión digital está sufriendo una enorme presión competitiva de la televisión por internet, especialmente en los últimos años, con el aumento drástico de la cobertura de fibra en los hogares y su alta velocidad, que facilita el acceso a mejor calidad de imagen y sonido que la TDT no puede igualar.
La TDT actual, basada en el estándar DVB-T, soporta calidad UHD 4K a costa de reducir el número de canales alojados en un múltiple, desde los 4 con calidad HD actuales a tan solo uno, lo que lo convierte en una opción poco eficiente. Para doblar la capacidad de DVB-T tenemos su evolución DVB-T2, que ya se está probando en España, aunque adoptarlo implica renovar el parqué de receptores y de momento desde el Gobierno no hay intención de forzar ninguna migración. Una alternativa a DVB-T2 es 5G Broadcast, que utiliza la tecnología radio del 5G adaptada a los 8 MHz de ancho que tienen los 24 canales radioeléctricos TDT actuales.
A pesar de estas mejoras, la demanda de mayor calidad de imagen por parte del público seguirá creciendo en los próximos años, y no parece que el espectro actual vaya a ser suficiente para competir con lo que pueden soportar las redes de banda ancha.
DVB-I mezcla canales TDT e IPTV de forma transparente
La TDT no quiere quedarse en desventaja, así que ya está dando pasos para evolucionar hacia DVB-I, un estándar creado en el seno del consorcio DVB que definió nuestro actual estándar TDT.
Con DVB-I los televisores conectados tanto a la antena como a internet pueden integrar de forma transparente y uniforme los canales que le llegan por ambos medios. Los radiodifusores registran su programación en un nodo centralizado desde el que los televisores obtienen los canales disponibles en su región. En el proceso de sintonización, el receptor obtiene una lista homogénea de canales disponibles vía TDT e IPTV.
El usuario solo tiene que hacer zapping conmutando sin saberlo entre canales recibidos por radiodifusión y los que están disponibles a través de la conexión a internet. Así, una misma cadena puede emitir por TDT la señal convencional con calidad estándar y el televisor conmutar a la señal IPTV con mayor resolución sin que el usuario lo perciba. También pueden haber canales del mismo grupo mediático solo disponibles por internet, sin necesidad de usar las licencias TDT.
Además de más calidad de imagen y sonido DVB-I facilita la personalización de la publicidad, el control de audiencias en tiempo real y la recepción en dispositivos sin antena como los smartphones.
DVB-I puede ser el estándar que si se adopta masivamente, facilite la transición final de la TV desde las ondas a la banda ancha, liberando así estas frecuencias para el dividendo digital definitivo con el que las redes móviles se apropiarán del espectro que queda entre 470 y 694 MHz. Con la mayor parte del parqué de receptores habilitado con DVB-I y la banda ancha de 100 Mbps y bajo coste cubriendo a toda la población, pocos echarían de menos los canales TDT teniendo su simulcast por internet. Esto podría ocurrir hacia 2030, pues hasta entonces el Plan Técnico Nacional de la Televisión Digital Terrestre dice que no habrá más dividendos.
Mediaset apuesta por DVB-I
Tras dos años de pruebas en Italia, Mediaset anunció1 el inicio de la fase 3 de su prueba de concepto, realizada con la colaboración de fabricantes de TV como Philips y LG, interesados en fabricar receptores compatibles para el mercado que abrirá la nueva tecnología.
El lanzamiento comercial en una primera fase se produciría en su mercado nativo, Italia, a mediados de 2023, lo que permitirá al grupo mediático adquirir la experiencia necesaria para apostar por DVB-I en otros mercados.
Como ocurrió en su momento con el estándar DVB-T actual, DVB-I necesitará que las autoridades de cada país actualicen su Plan TDT para regular cómo radiodifusores y fabricantes deberán adoptar la nueva tecnología, de forma que pueda popularizarse de forma masiva.