Seguro que has oído hablar del Li-Fi, tecnología similar al WiFi que utiliza la luz de una bombilla para comunicarse inalámbricamente y dar acceso a internet mediante infrarrojos a todo tipo de dispositivos que la soporten. La teoría suena bien, pero su primera implementación puede ser decepcionante para la mayoría de usuarios.
MyLiFi es el nombre comercial que la empresa Oledcomm ha elegido para su lámpara, uno de los primeros dispositivos LiFi que llegarán al mercado doméstico. Se ha presentado en el CES 2018 y la realidad es que funciona, aunque sus prestaciones no son las mejores para una conexión sin cable.
MyLiFi tiene el aspecto de una lámpara de diseño que hace el papel de una lámpara de escritorio convencional, permitiendo regular la intensidad y temperatura de la luz, es sensible a la luz del sol e incluso lleva su propia app donde se puede programar su funcionamiento. En su centro tiene una pequeña barra vertical que es la que realmente emite y recibe la luz que soporta la comunicación.
El problema es que prácticamente ningún dispositivo soporta Li-Fi, así que la lámpara viene con un dongle USB que conectaremos al portátil para poder recibir la señal. Al hacerlo descubriremos las limitaciones de MyLiFi, como la tasa de transferencia máxima de 23 Mbps, o que hay que conectar un cable ethernet a la lámpara para que esta tenga acceso a internet. Cable que tendremos a pocos centímetros del portátil, lo que haría innecesario usar LiFi.
Otras limitación es que cada lámpara solo soporta un cliente, algo que se prevé que cambie en próximas actualizaciones. Aunque quizá lo que más asuste sea su precio, de 840 $ por la pareja de lámpara y dongle.
Parece que las únicas razones para usar LiFi por el momento son que tengamos fobia a la radiación del WiFi convencional o que queramos evitar a toda costa que la señal WiFi atraviese las paredes de nuestra ubicación para evitar que otros puedan interceptarla.