Si había alguien que se echaba de menos por Internet -que en sede judicial sigue bregando por los derechos de los internautas- no es otro que a Carlos Sánchez Almeida, letrado y escritor, defensor de causas perdidas y sentido común cuando se le cita en el Congreso. Un buen día se cansó de esto; de tanta tinta derramada que quería ponerse el mundo por montera pero no lo hacía, de tantos que dijeron que estaban en las trincheras pero no acudían a las convocatorias y probablemente lleno de desencanto, volvió al despacho.
Sabíamos que regresaba hacía una semanas. Se le veía con ganas de cualquier forma. Todos sus escritos antiguos (plenamente vigentes) los recopiló Defunkid, de laMundial, en republicainternet.com. Pero en Bufet Almeida se adivinaba su pluma o la de sus compañeros de un tiempo a esta parte.
Oficialmente en Valencia hoy volvió, no sabemos si permanentemente, a los unos y ceros. Su nuevo texto, Libertad de expresión en Internet: Perspectivas de futuro, es un ruego a los legisladores para que nuestra red de redes tenga normas jurídicas claras, no ambiguas y con toda la certeza que la lengua española puede dar. Sin duda, quitando lo que sobra, llegado el caso. Por el camino desvela algún secreto: Cómo desapareció el artículo 17 bis de la LISI y quienes son los personajes de la verdadera farsa, tahúr incluido que ya será conocido como el Houdini de las reuniones. El General X (Donald Sutherland) le dijo a Garrison (Kevin Costner) en la excelente JFK, que el público se entretenía con el qué y el quién. Lo importante es quién se beneficiaba y por qué. Aquí, pasa lo mismo.