Todo el que ha viajado fuera de su país con el móvil ha sentido esa sensación de estar comunicado cuando enciende su móvil y puede usarlo como si no hubiera salido del país, para luego convertirse en un sentimiento bastante doloroso al ver la factura, y es que el mandar un simple SMS te cuesta casi más que bajarse el último juego del mercado. Pero bueno, es asumible, estás en otro país y todas las llamadas que hagas son internacionales, pero cuando ves en la factura los cargos de llamadas recibidas, ahí te duele de verdad.
Parece ser que el gobierno europeo (esos políticos viajan mucho) también se han dado cuenta de ésto y han decidido tomar cartas en el asunto. Están preparando una ley (que entrará en vigor en el segundo semestre de 2007) aplicable a los 25 Estados miembros según la cual las operadoras destinatarias (las que se usan cuando estás fuera) no podrán cobrar a las operadoras origen (con las que los clientes tienen el contrato) más de lo que cobran en territorio nacional por usar su red, esto quiere decir que tu operadora origen pagará mucho menos a la operadora destino, lo que en teoría repercutirá en unas tarifas más competitivas.
Actualmente el coste de una llamada de 4 minutos en itinerancia puede alcanzar desde los 0.20€ hasta los 13.05€