Mi admirado (disculpen la primera persona) Javier de la Cueva, excelente abogado e impulsor de las demandas contra el canon y del Proyecto Kelsen, ha estado presente en los encuentros digitales de El Mundo. Lo quiera él o no, ha sido la justa réplica a la intervención de la SGAE, a través de Pedro Farré, la semana pasada.
Como siempre, encontramos respuestas que aclaran muchas dudas y aunque no vamos a reproducir todo aquí, si queremos destacar algunas. Para empezar, su tema favorito, el canon, cuya primera demanda data de julio de 2004.
El canon en sí mismo es injusto porque supone una falacia legal. Con un ejemplo lo explico mejor. Un catedrático de Derecho Procesal y Decano de un Colegio de Abogados me contaba su caso. Él es autor de libros que sus alumnos sistemáticamente fotocopian, puesto que el dinero lo usan para otras cosas, evidentemente. Dado que es el más copiado, es el que tendría derecho a más canon pero como al final el canon lo calculan sobre los ejemplares vendidos, resulta que como no vende un solo ejemplar no le pagan nada. El sistema que existía hasta ahora no era malo, a pesar de esta ilógica, pero lo que no puede consentirse es el sistema actual que equivale a como si hace 30 años cada papel llevara una póliza para pagar a los escritores por si les fotocopiaran los libros. Gravar la obra original sería una buena más justa.
A pesar de todo el ruido, las protestas mediáticas y el aparente enfado de los internautas, tan sólo hay 18 demandas para la devolución del canon para un proceso que es fácil, tasado y que no tiene ningún coste salvo algunos traslados al juzgado.
Es la idiosincrasia de esta sociedad: mucho ruido y pocas nueces. Daría para muchos tratados, así que vamos a dejarlo ahí (...) Ejerce tus derechos. Tienes magníficos abogados que te ayudarán, muchos de ellos desinteresadamente cuando se trata de una cuestión de Justicia, así, con mayúsculas. Para eso estamos.
Sobre las palabras de Stallman a la SGAE y lo que Pedro Farré dijo de ellas, fue respetuoso y no comentó sobre las palabras de otros, aunque si habló sobre el motivo por el que la entidad de gestión podría estar siendo denostada en los últimos tiempos.
Lo que sí que queda claro es que la SGAE, de ser una entidad respetada hace años y querida por los autores, está generando una disidencia y concentrando unos odios que sería muy interesante saber a qué se deben. Quizás tenga que ver con el hecho de que de sus 80.000 socios sólo tienen derecho a voto 5.000, de esos 5.000 hay 200 que tienen 5 votos, que para ser directivo de la SGAE se debe tener esos 5 votos, por lo que al final el monopolio de la música de este país está en manos de 200 autores.
También tuvo tiempo, en varias respuestas, de hablar de la actual reforma de la Ley de Propiedad Intelectual, destacando que desaparecen, por el momento, el concepto de público y de integridad de la obra en la figura de la "comunicación pública". ¿Posible ilegalización del P2P?.
El proyecto quita dos de los principales obstáculos que existían hasta la fecha y que eran la inexistencia del concepto de público y la falta de integridad de la obra. No me cabe ninguna duda que harán todo lo posible para prohibir compartir obras a través de las redes p2p, aunque el problema no es ese, sino de eficacia de las leyes. Una vez prohibidas ¿cómo se puede impedir que se siga compartiendo? ¿prohibirán el wifi? ¿prohibirán las redes cifradas?. (...) Bajar canciones de Internet es idéntico a grabar una canción de la radio o grabar una película de la televisión. Esa actividad no nos es regalada, no, sino que precisamente pagamos el canon a cambio de la misma. Ahora bien, no es lo mismo grabar de una radio que montar una radio y emitir música y de ahí es de donde nace el problema: los programas p2p a la par que bajan, también suben y de ahí que se ha dicho que se trata de comunicación pública. Hoy esto no es así, porque faltan los requisitos de que exista un público y de que la obra se transmita íntegramente, pero estos dos requisitos se eliminan del proyecto de ley actual, que busca precisamente ilegalizarlas. Cuidado con el tema de la ilegalización, porque ilegal no significa criminal. Es ilegal no pagar la renta a tu casero, pero no por ello se está cometiendo un delito.
La futura ley, en sentido general, no es del agrado de Javier, al perder varias oportunidades:
La primera, seguir a Europa que acaba de abrir un expediente contra las entidades de gestión europeas (salvo la portuguesa) por prácticas monopolísitcas. La segunda, proteger a los autores y especialmente a los músicos ya que están sometidos a contratos leoninos de 3 años mínimos, cesión obligatoria de todos sus derechos, renovación tácita en períodos de otros 3 años salvo que se denuncie con un año de preaviso y ausencia de voto. Lo malo de esto es que la realidad pasará factura. Cuando una ley ignora la realidad económica, se perpetúa una fractura cuyos costes económicos, sociales y en desarrollo tecnológico serán inevitables. La situación actual equivale a como si se hubiera retrasado la reconversión industrial de los años 80 hasta ahora.
Algo empieza a agitarse en el panorama. A cada representante del copyright tradicional que quiere explicar su filosofía le están poniendo enfrente un representante de otras tendencia. En Internet, ya teníamos la posibilidad de tener todos voz pero en los medios tradicionales no era así. Es una alegría que los debates de un tiempo a esta parte se estén enriqueciendo con todas las voces posibles. Sacaremos más cosas en claro.