Los usuarios de internet en Italia han vivido durante el fin de semana un esperpéntico evento que ha dejado a todo el país sin acceso al servicio de almacenamiento Google Drive, debido a una orden de bloqueo que perseguía impedir el acceso a algunos archivos.
Como ocurre en España con el bloqueo de sitios piratas que las operadoras de telecomunicaciones aplican a la navegación de sus clientes, en Italia también se aplican bloqueos selectivos, aunque allí se utiliza un sistema centralizado mucho más estructurado.
Piracy Shield gestiona los bloqueos en Italia
A principios de año Italia puso en marcha Piracy Shield, una plataforma antipiratería de ámbito nacional regulada con su propia ley. Piracy Shield permite a los titulares de derechos introducir órdenes de bloqueo en el sistema, que son remitidas automáticamente a todos los proveedores de internet. Estos deben impedir el acceso de sus clientes en un plazo de tan solo 30 minutos desde que un dominio o IP se da de alta en el sistema. La plataforma está gestionado por AGCOM, el regulador de las telecomunicaciones del país y financiada con fondos públicos.
Aunque de entrada bloquear el acceso a un contenido parece algo sencillo, en realidad los entresijos técnicos son mucho más complejos. Lo más habitual es que una misma IP sea utilizada por varios dominios, o que los contenidos de una web estén alojados en servicios en la nube de terceros, que también alojan otros muchos contenidos no relacionados pertenecientes a múltiples clientes.
Eso hace que el permitir que cualquiera pueda solicitar el bloqueo de una IP o un dominio sea una operación de riesgo, ya que con la intención de bloquear una web o un archivo, se puede acabar dejando fuera de servicio a miles de usuarios y empresas que no tienen ninguna relación con el caso.
Bloqueo de Google Drive
Esto es lo que ha ocurrido en Italia durante la jornada del pasado sábado, cuando alguien introdujo en el sistema uno de los subdominios de Google utilizados para servir ficheros alojados en su nube Google Drive, además de la IP. El bloqueo de drive.usercontent.google.com
se introdujo poco antes de las 17:00 horas del sábado, sin que nadie cuestionara que bloquear un dominio acabado en google.com
iba a tener un gran impacto. En menos de una hora el bloqueo entró en efecto, afectando a miles de usuarios, tal y como mostraron DownDetector o las búsquedas según Google Trends.
Aunque los bloqueos se deben aplicar en 30 minutos como máximo según la ley, corregir un error parece no corre tanta prisa. Al menos es lo que se desprende del hecho de que tardasen hasta 11 horas en restaurar el acceso a Google Drive.
Desde Torrentfreak critican, no solo que se haya diseñado un sistema que permita que desastres de esta envergadura puedan ocurrir, sino que haya una total falta de transparencia a la hora de informar al público afectado y que no haya ningún tipo de depuración de responsabilidades.
Nadie se responsabiliza de los errores al bloquear
Que el bloqueo de sitios web que busca proteger los intereses de algunas entidades perjudique a usuarios y empresas que no tienen ninguna relación, no es ninguna novedad. Lo hemos visto en España, sin que nadie haya dado ninguna explicación ni asumido ninguna responsabilidad.
Lo comprobamos con el bloqueo que afectó a un subdominio de Twitch y que dejó a sus espectadores sin poder reproducir el stream de vídeo durante unas horas. Más grave aún, por el daño económico, fue el bloqueo que perseguía impedir el acceso a la web rusa RT y que bloqueo a decenas de empresas cuyo nombre de dominio acaba en rt.com
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