El responsable de la Agència Catalana del Consum ha planteado una sorprendente medida disciplinaria contra las operadoras de telefonía móvil y de internet cuando acumulen un número excesivo de reclamaciones de consumidores. Consiste en solicitar ante la justicia el cese de la actividad.
Nada menos que el 60% de las reclamaciones tramitadas por la ACC tienen que ver con el servicio que prestan las operadoras móviles y fijas. Una tendencia que además va en aumento cada año. Por esta razón, el organismo de consumo catalán está estudiando la posibilidad de recurrir a la justicia cuando se detecte un caso de malas prácticas sistemáticas y la operadora no corrija el problema. El procedimiento de cesación ya está contemplado por la ley para las empresas que atentan contra los derechos del consumidor de forma reincidente.
"En las casuísticas repetitivas, si no las resuelven de forma voluntaria, abrir la vía de cesación, una vía judicial que puede ser lenta pero que puede comportar la cesación de las actividades que comportan un agravio y una vulneración de los derechos de los consumidores. […] Puede ocurrir que a una empresa le resulte más fácil y barato pagar sanción la sanción e ir repitiendo que corregir el problema", explica.
Con este propósito, han empezado a elaborar una base de datos con todas las resoluciones referidas a un mismo tipo de reclamación, que permita identificar los casos que se repiten sin que la operadora tome medidas para corregirlo. Si las negociaciones directas con las compañías no llegan a buen puerto, esta información serviría como prueba en una demanda judicial que puede derivar en el cese de la actividad.