
La Comisión Europea incluyó en 20231, a los móviles y tablets entre los aparatos que están obligados a llevar una etiqueta energética. La medida daba dos años a los fabricantes para adaptarse. Ayer viernes 20 de junio entró en efecto, lo que significa que todos los dispositivos a la venta deben traer el nuevo etiquetado.
Más resistentes, reparables y con actualizaciones durante más tiempo
La norma europea busca alargar la vida útil del producto haciendo que sea más resistente, traiga una batería de mayor calidad, sea más fácil de reparar y disponga de actualizaciones de software durante más tiempo. Para ello se fijan unos mínimos:
- Resistencia a caídas, arañazos y a la exposición a polvo y agua.
- La batería debe mantener al menos el 80% de su capacidad tras 800 ciclos de carga y descarga
- Las piezas de recambio esenciales deben seguir disponibles hasta 7 años después de retirar el modelo de la venta y el fabricante debe facilitarlas en un plazo inferior a 10 días.
- Habrá actualizaciones del software al menos durante 5 años.
- Facilidades para que técnicos ajenos a la marca puedan reparar, con acceso a documentación, software y firmwares necesarios.
Estas normas afectan tanto a smartphones como a dumbphones. También a tabletas, siempre que no lleven teclado físico y a los teléfonos inalámbricos que usamos en casa conectados al fijo.
Etiqueta energética de móviles y tablets
La Comisión Europea diseñó una etiqueta energética similar a la que ya hemos visto en electrodomésticos, pero adaptada a dispositivos de menor tamaño que refleje algunas de sus peculiaridades. Además de la clase de eficiencia, calificada entre A (más eficiente) y G (menos), la nueva etiqueta incluye 5 iconos gráficos que ilustran y califican de forma rápida diversos aspectos relacionados con su durabilidad.
- Duración de la batería por ciclo. Indica qué duración de la batería se puede esperar con un uso medio. La norma especifica cómo debe medirlo el fabricante, precisando el tiempo de reposo, de llamada, navegación en internet, reproduciendo vídeo y jugando que debe estar durante la prueba.
- Resistencia a caídas. Gradúa con letras de la A (más robusto) a la E (más endeble) la resistencia del móvil a las caídas accidentales desde 1 metro de altura, sin funda ni protector de pantalla.
- Reparabilidad. Indica lo fácil que resulta reparar una avería, teniendo en cuenta el desmontaje, elementos de fijación (tornillos o pegamento), herramientas necesarias, recambios, software e información compartida por el fabricante.
- Ciclos de carga manteniendo más de 80% de salud de batería. Número de veces que se puede cargar la batería antes de que su capacidad se degrade al 80%.
- Grado de protección IP es el conocido estándar que indica con dos dígitos el nivel de protección contra la entrada de polvo y agua. Por ejemplo, IP68 indica que no entra polvo y soporta la inmersión continua en agua.

Cómo obtener la etiqueta de tu móvil
EPREL es el registro europeo de productos con etiquetado energético. Su web ya incluye un apartado dedicado a las etiquetas de los móviles y tablets, donde los consumidores pueden consultar la calificación que ha recibido un dispositivo.
Aunque se puede buscar por marca, lamentablemente no resulta fácil encontrar un modelo, puesto que la base de datos utiliza el código de modelo y no su denominación comercial.
En el móvil que hemos utilizado del ejemplo, un Google Pixel 9 Pro, el código de modelo que aparece en su ficha es el GUR25. Normalmente este dato se puede encontrar en la etiqueta que viene pegada en el packaging. En el caso de Android puede verse en Ajustes → Información del teléfono → Etiquetas regulatorias.
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