Comentaban ayer en barrapunto el artículo publicado en Noticias de Navarra, Elvis ya es de dominio público, en el que hacen notar que algunas de las obras del Rey del Rock están entrando en el dominio público en los países europeos donde las legislaciones determinan que la propiedad intelectual caduca a los 50 años de la publicación de la obra (no de la muerte de su autor).
En Estados Unidos, sin embargo, esas mismas obras no empezarán a estar disponibles como mínimo hasta el año 2019 y, señalan en Noticias de Navarra, en algunos casos habrán de transcurrir cien años hasta que pasen a libre disposición.
Históricamente puede considerarse a Elvis Presley como el hito que marca el inicio de una época boyante para la industria beneficiaria entorno al copyright, y las discográficas, tan aficionadas a las cifras astronómicas, ya están quejándose de que las pérdidas serán billonarias y se irán agravando a medida que más y más obras de más grupos y solistas de "alta rentabilidad" vayan pasando a dominio público.
Algunos ya están apuntando hacia la injusticia de ver cómo terceros pueden aprovecharse en vida de su trabajo (¡creado hace cincuenta años!), e inevitablemente surge la pregunta: ¿estarían dispuestos a que el derecho de copyright muriese con su autor?
Una vez más llama la atención que sea la industria la que habla de cifras billonarias sin rubor, incluso ante un autor muerto (o eso dice la "versión oficial" ;-P), al tiempo que asistamos al apoyo incondicional de los artistas más acomodados, a los que no debía importar demasiado, salvo al hablar de legados familiares, lo que ocurra o deje de ocurrir cuando uno ya no puede sacar provecho ni del dinero ni de ninguna otra cosa de esta perra vida. Pareciera que el autor no es más que un argumento de conveniencia.