
En la Unión Europea a principios de 2014 el 26,9% de las líneas de banda ancha fija eran de nueva generación, registro que aunque es todavía bajo supone una mejora sustancial respecto al año anterior (20,3%). España, con un 24,7% de líneas que son NGA, está por debajo de la media europea y a gran distancia de los países líderes.
El despliegue de la fibra en Europa es bajo comparado con los países punteros; a junio de 2013, el 6,3% de las líneas activas de banda ancha de la UE son de fibra, frente a un 7,7% de los EEUU, el 62,8% de Corea del Sur y el 68,4% de Japón, según los informes de la Unión Europea.
Sin embargo, países europeos como Bélgica, Rumanía, Bulgaria, Letonia u Holanda tienen penetraciones de NGA similares a las de estos países asiáticos; el problema de la UE es su heterogeneidad, que el proceso de creación de un mercado único todavía no ha podido salvar.
Según datos del Ministerio de Industria del primer trimestre de 2014, la tecnología de mayor cobertura en España es la banda ancha móvil 3,5G (UMTS con HSPA) que alcanza la práctica totalidad de los hogares (99%).