Con la excusa de la delincuencia entre países y el terrorismo, la UE y EEUU están fabricando un acuerdo que permita el intercambio de datos confidenciales (uso de tarjetas de crédito, viajes, empleo de Internet...) sobre ciudadanos de ambos lados del Atlántico, según revela El País. Consistiría en:
-> Han pactado que sólo funcionarios autorizados accederán a ese tipo de información personal
-> Sólo podrá procesarse si hay garantía de privacidad
-> Sólo se almacenará información relevante para la seguridad nacional, seguridad pública o imperativo legal fijados por ley
-> Información personal sobre orígenes raciales o étnicos, opiniones políticas o religiosas, (...) o afiliación sindical, así como información personal sobre salud o vida sexual, (...) sólo podrá tratarse si la legislación nacional ofrece las oportunas salvaguardias
Discrepan sobre el acceso a los tribunales en caso de uso ilegítimo o dañino de tales datos, ya que Estados Unidos niega esa defensa a los extranjeros. En ello trabaja desde febrero de 2007 un grupo conjunto de alto nivel que, por el lado europeo, depende del comisario de Justicia, Libertad y Seguridad, Jacques Barrot.