Si a ti también te cuesta entender de qué va Aura, la llamada cuarta plataforma de Telefónica que ha presentado estos días en el MWC, debes saber que no estás solo. Afortunadamente, Chema Alonso, el hacker con gorro de lana más molón de la operadora, da en una entrevista varios ejemplos que nos permiten entender un poco mejor en qué consiste Aura.
Facilitando la gestión de los servicios y evitando llamadas al call center
El primer aspecto que le interesa a Telefónica es que los clientes gestionen sus servicios con total comodidad, lo que hará que estos prefieran mantener su contrato con Movistar y a la vez evitará llamadas al call center, lo que se traducirá en ahorro de costes.
Para ello, el cliente utiliza en su móvil la app Aura, con la que podemos consultar y modificar la configuración de cualquier servicio que tengamos contratado con la operadora. Esta aplicación de inteligencia artificial se gestiona mediante voz al estilo asistente virtual, similar a Siri o Google Now. Hay órdenes sencillas para consultar datos de facturación, gestionar el router o para pedir que se grabe un contenido de la televisión.
Cediendo los datos generados por los clientes a otras empresas
La segunda vertiente de Aura consiste en que terceras empresas puedan extraer información a partir de los datos que generan los clientes de la operadora cuando usan sus servicios. Desde que nos levantamos empezamos a generar información, como la hora en que lo hacemos, lo primero que consultamos al encender el móvil, el trayecto al trabajo, cuando paramos a comer y dónde vamos, etc. En ningún caso se trata de datos personales, sino que se utilizarán de forma agregada. Cuando estos datos vayan a ser utilizados el cliente recibirá una notificación y podrá decidir si cederlos a cambio de alguna contraprestación.
Chema pone dos ejemplos.
Un buen ejemplo es CaixaBank: te ofrecen un descuento si les dejas ver el riesgo de impago que tienes en Telefónica. Saber si has sido un buen pagador y cliente con nosotros durante 15 años puede interesar a otras empresas. Y si ellas están dispuestas a ofrecer a la gente algo a cambio de saberlo, todos contentos.
Por ejemplo, imagina que llega una empresa que quiere hacer un estudio de cómo afecta la contaminación en las ciudades a las enfermedades de la población. Y necesitan datos de 80.000 personas. Pueden hacerlo vía encuestas o conectarse a nuestra plataforma. Hemos probado un caso así con la Universidad Carlos III: se conecta a la plataforma, pedimos permiso a los clientes, les explicamos qué datos estarían cediendo y cómo recibirían a cambio un pago de tres euros.
¿Cuando llegará Aura a los clientes? En los próximos 12 meses y España será uno de los primeros países en que se lanzará.