El brutal descenso en el porcentaje de captación de altas por parte de Telefónica que ayer revelaba la nota mensual de la CMT, puede ser la puntilla que faltaba para que el exmonopolio se vea obligado a bajar el precio del ADSL después de una década sin variaciones. Varios síntomas indican que para Telefónica está llegando el fin de una época.
España, un campo de rosas para Telefónica
La operadora, complacida con el conformismo del cliente español, la ineficiencia de los alternativos y su posición de dominio como propietaria de la red de cobre, se ha podido permitir en los últimos años mantener el precio del ADSL, e incluso incrementarlo ligeramente.
Durante estos años la competencia no ha sabido rivalizar ofreciendo un producto diferenciador. Los alternativos primero se limitaban a revender las mismas modalidades que Telefónica a unos pocos euros menos. Su margen de beneficio era ridículo y la que se llevaba la mayor tajada de la factura del cliente seguía siendo Telefónica. Con la llegada de la cobertura directa, los alternativos han tenido el control sobre su red y empezaron a dar algo más, como los 20 megas. Pero el nefasto marketing con el que se intentaron promocionar las velocidades más altas –que en algunos casos rozó el engaño– acabaron por denostar está modalidad. Por otra parte los alternativos nunca se han llevado bien con la calidad. Bien sea por dejadez, o por las zancadillas del exmonopolio, único autorizado a tocar los cables, un cliente de un alternativo siempre ha estado mucho más expuesto a las averías y sobre todo a la duración de las mismas.
Empieza a cambiar el panorama
En la última duplicación Telefónica cometió un error al no proponer una modalidad mayorista similar a sus 6 megas, lo que permitió a sus rivales acogerse a una modalidad superior, con algo más de bajada y con el doble de subida. El indirecto de los alternativos por primera vez era mejor que el de Telefónica.
En los pares desagregados algunos operadores han empezado a sacar partido a prestaciones avanzadas como el Fastpath que reduce la latencia o el Anexo M, que da más velocidad de subida. Este además es un punto muy significativo, puesto que la estrategia de Telefónica ha sido justo la contraria, estrangular cada vez más la velocidad de subida, factor clave para el rendimiento de una conexión. Jazztel es el artífice de estas mejoras que el resto de alternativos ya tardan en emular.
Orange pudo diferenciarse de Telefónica, pero su pasado como monopolio francés parece pesarle demasiado y le ha impedido comportarse como un alternativo agresivo e innovador.
El pasado año Vodafone decidió meterse en el mercado de banda ancha fija, con modalidades de 6 y 12 megas a un precio muy competitivo y con propuestas innovadoras, como la convergencia con la banda ancha móvil en su router. Vodafone es una marca que goza de prestigio y el usuario percibe que recibirá un servicio de calidad. Esto y su potente maquinaria comercial, le está convirtiendo en la principal amenaza para Telefónica de cara a los próximos años.
Telefónica reacciona
A principios de 2008, la operadora empezó a notar por primera vez la presión competitiva de sus rivales en algunas zonas del país, aquellas donde el cable es una alternativa al ADSL. Telefónica logró salir airosa momentáneamente gracias a su estratégico Plan Valencia. Precios más bajos incluso que sus rivales, durante los primeros 12 meses desde el alta, con la calidad de Telefónica. Un caramelo. Para compensar la perdida de ingresos, a Telefónica se le ocurrió empezar a cobrar por commodities, como la identificación de llamadas o el euro extra para tener antivirus.
Pero la crisis ha llegado en toda su crudeza y como si despertaran de un sueño, los usuarios han vuelto a abrir los sobres de facturas que llegan cada mes y a asustarse con su contenido. Por primera vez en años estos clientes miran opciones más económicas.
A principios de año, Telefónica diseño una secuela del Plan Valencia destinada a retener a los clientes que finalizan la promoción. Inicialmente ofrecía 8 meses más con precios reducidos, aunque luego ha tenido que poner toda la carne en el asador alargándolo a 12 meses. Por otra parte han llegado las rebajas en telefonía fija, con modalidades como la Linea Libre y la Línea Económica.
Síntomas de agotamiento
Una promoción de 12 meses que puede renovarse no es una promoción, es una bajada de precios encubierta. Fuentes de los alternativos nos aseguran que la CMT ya está estudiando este tema y es fácil que imponga una nueva rebaja de los precios mayoristas y de alquiler del bucle.
A finales del 2008, el informe de precios de la CMT daba un toque de atención a Telefónica, situándola como el incumbente más caro de Europa. Hace unas semanas el mismo presidente del regulador apuntaba que es hora de bajar los precios. La comisaria europea de Telecos llegó a hablar de la "excepción española" al referirse a que mientras que el movimiento natural es que los precios bajen, en España suben.
Los usuarios, como primeros afectados, están que trinan ante este tipo de noticias y la plataforma "ADSL más barato" supo capitalizar esta inquietud llevando firmas virtuales a la administración.
La presión sobre Telefónica está en su punto álgido, pero lo único que la puede doblegar es el mercado. Las crudas cifras de una menor captación de clientes. Y eso ocurrió ayer. El porcentaje de captación de altas siempre ha sido similar a su cuota de mercado, alrededor de 56%. Sin embargo, en la última nota de la CMT Telefónica solo se ha quedado con 2 de cada 10 nuevas ADSL, mientras que los alternativos en su conjunto se han quedado con 8 de cada 10 nuevos clientes. Las alarmas se han encendido.
¿Cuál será la respuesta?
Lo lógico sería esperar una rebaja en las modalidades actuales, por ejemplo, un precio inferior para el Dúo 6 megas. Pero es difícil que ésto ocurra y más sabiendo que con crisis, el cliente está dispuesto a renunciar a alguna prestación con tal de pagar menos. Es por eso que apostamos más bien por una resurrección de los 3 megas a un precio similar al del Plan Valencia.
Solo esperamos que la nueva tasa impuesta a los operadores de telecomunicaciones para financiar a TVE no se convierta en la excusa para alargar unos meses más la agonia del cliente de ADSL español.