Lo habitual es ver como España hace el ridículo en las comparativas internacionales de velocidad y precio de la banda ancha. En está ocasión no va a haber una excepción, pero dentro de lo malo, lo cierto es que en los últimos 12 meses la velocidad de la banda ancha en España ha mejorado notablemente, después de varios años con encefalograma plano.
Como cada trimestre, Akamai toma el pulso a la red en su informe State of the Internet, en el que desgrana la velocidad a la que los usuarios de todo el mundo acceden a su red de distribución de contenidos.
Hace exactamente un año, este informe situaba a España como la más lenta del continente europeo, con 2.539 Kbps. La velocidad media a la que los usuarios españoles navegan por la red se ha mantenido estable, rondando los 2,5 Mbps, desde que Akamai empezó a publicar su estudio en el 2008. Pero en el último informe, con datos del primer trimestre del 2011, la banda ancha española da un salto cualitativo hasta 3.425 Kbps. Esto representa un aumento del 35% en el periodo de un año, después de dos años sin mejoras notables.
La explicación de este aumento podemos encontrarla en la migración progresiva de velocidad que Movistar ha venido haciendo en las líneas ADSL de 6 Mb, pasándolas a 10 Mb. El aumento se anunció en septiembre del año pasado, pero no se inició hasta diciembre. Desde entonces, progresivamente más usuarios navegan con la nueva velocidad.
Los 270.000 usuarios con 30 y 50 megas de Ono también tienen peso, impulsando al alza la media de velocidad del país.
Esta mejora se ha producido al mismo tiempo en la mayoría de países europeos, por lo que en términos relativos, España de nuevo se queda en la última posición, aunque recorta su diferencia con otros países como Francia. Si nos fijamos en los que están inmediatamente en nuestro entorno, es necesario añadir Marruecos a la gráfica para encontrar consuelo.