La Fiscalía General del Estado, la que nos inundó de alegría el 5 de mayo de 2006 con su circular "Sobre los Delitos contra la Propiedad Intelectual e Industrial tras la Reforma de la Ley Orgánica 15-2003" (PDF página 37), tiene un curioso aviso legal en su web (las negritas son nuestras):
LA FISCALÍA GENERAL DEL ESTADO le facilita el acceso a otras páginas Web que consideramos pueden ser de su interés. El objetivo de dichos enlaces es únicamente facilitarle la búsqueda de los recursos que le puedan interesar a través de Internet. No obstante, dichas páginas no le pertenecen, ni hace una revisión de sus contenidos y, por ello, no puede hacerse responsable de los mismos, del funcionamiento de la página enlazada o de los posibles daños que puedan derivarse del acceso o uso de la misma.
No se permitirá el enlace de ninguna página Web o de una dirección de correo electrónico al Portal, salvo con la autorización expresa por escrito de la Fiscalía General del Estado.
Adicionalmente, dichos enlaces deberán respetar las siguientes condiciones:
(a) únicamente podrán realizarse enlaces con la Página de Inicio de esta Web;
(b) el establecimiento del enlace no supondrá ningún tipo de acuerdo, contrato, patrocinio ni recomendación por parte de la Fiscalía General del Estado de la página que realiza el enlace.
En cualquier momento, La Fiscalía General del Estado podrá retirar la autorización mencionada en el párrafo anterior, sin necesidad de alegar causa alguna. En tal caso, la página que haya realizado el enlace deberá proceder a su inmediata supresión, tan pronto como reciba la notificación de la revocación de la autorización por parte de la Fiscalía General del Estado.
En Bufet Almeida, avisan de semejante despropósito:
No se puede condicionar unilateralmente, mediante "aviso legal" alguno, el establecimiento de un enlace a una página pública de Internet. Señor webmaster de la Fiscalía General del Estado: oralmente y por escrito, ilustres Fiscales de demostrado prestigio, que ocupan los más altos lugares del escalafón, ya han informado sobre lo que es Internet: la plaza pública. Y sólo el legislador puede imponer obligaciones a los ciudadanos libres que por ella deambulan