....... Malos tiempos para las cableras. Muy mal debe andar la cosa para que se proceda a esta fusión, impensable hace un año.
El mercado, una vez más, ha demostrado con su manifiesta crueldad liberalista que la dimensión de las empresas es una cuestión estratégica cuando se trata de la supervivencia en tiempos de crisis. El nacimiento de estas empresas en pleno boom de las telecomunicaciones no sólo en este país, sino a nivel mundial, no sé si fue en el momento oportuno o no, pero lo que está claro es que la coyuntura que propicio el singular despegue de infraestructuras en banda ancha, ha pegado un tropezón de tal magnitud, que ni siquiera en las actuales circunstancias de fusión, le auguran una clara supervivencia ¿El motivo? Estamos en una recesión encubierta.
Nada más que hay que pasearse por los índices de cotización bursátil de cualquier país europeo para cerciorarse de esta evidencia. Los consumidores están endeudados hasta las cejas. El poder adquisitivo medio de los españolitos se ha ido al garete en los últimos tres años, difuminándose en el boom especulativo de la vivienda, multiplicando el esfuerzo de adquisición en una locura de endeudamiento (como siempre los grandes inversores han sido los más beneficiados en este juego macabro de estrujar las ubres de la vaca de ladrillo) el hundimiento de los ahorros de aquellos pequeños ahorradores que confiaron en la bolsa (algunos han visto reducido su capital a un tercio de su valor inicial), el efecto euro (el masivo blanqueamiento del dinero que se apurgalba debajo del colchón ha distorsinado la ley de la oferta y la demanda disparando el IPC), y finalmente el efecto tango argentino (más bien tongo).
Yo me pregunto, por muy bien que se piensen las ofertas de las cableras o de cualquier operadora, ¿están las familias para más gastos? Que se lo pregunten a la legión de parados que desde los últimos 18 meses están engrosando las listas del paro.
Por otra parte, menos empresas, suponen menos competencia, pero por el otro hay que considerar que tienen en frente un verdadero gigante. Se quiera o no Telefónica es el mayor monopolio de esta país, y digo monopolio porque de facto una empresa que en estos momentos acapara un 90% real del mercado, lo desvirtua de tal manera que los demás tiene que claudicar a sus desmanes. Es más, su poder es tan abrumador, que ni siquiera el gobierno es capaz de parar a efectos de mercado los abusos continuados del operador dominante.
La historia por lo que se puede comprobar es el uso de la máxima la unión hace la fuerza. Esperemos por el bien del mercado y de los consumidores en particular, que las cableras lleguen a buen puerto, porque sino esto no tiene solución a corto plazo, más teniendo en cuenta el insacible apetito de la "Timo" que no contenta con esa situación piensa dar una nueva vuelta de torniquete, a su ya extensísima oferta, ofreciendo el año que viene la televisión digitalizada a través de sus líneas ADSL de última generación.