Telefónica reserva una fibra de cada cable que sale de las centrales para analizar en tiempo real cualquier cambio de sus propiedades ópticas que indique que ha sido manipulado y va a sufrir una avería.
Aunque mucho menos propensas a averiarse, las redes de fibra hasta el hogar también pueden sufrir todo tipo de incidencias. Buena parte de la red de alimentación y distribución transcurre bajo el suelo, en fachadas de edificios y de forma aérea en algunos tramos, lo que la expone a ser dañada accidentalmente durante la ejecución de trabajos en la vía pública.
Un cable que sale de la central contiene hasta 512 fibras, de las que pueden depender más de 32 mil clientes y otras centrales secundarias. Su rotura es siempre una catástrofe, ya que estos clientes se quedarían sin servicio durante el tiempo en el que los técnicos vuelven a fusionar cada una de las fibras o reemplazan el cable.
Para anticiparse a los problemas, Telefónica ha equipado las centrales de fibra con el llamado Sistema de Supervisión de Fibra Óptica, con el que sus centros de control de planta externa obtienen información en tiempo real sobre los cambios físicos que se producen en los cables de fibra.
Para ello se reserva una fibra vacante de cada cable que sale de la central. Ésta se conecta junto con el resto de fibras a monitorizar a un módulo selector que elige cada 20 segundos una de ellas para ser analizada por un reflectómetro. Este dispositivo lanza impulsos de luz para medir las reflexiones y atenuaciones que tiene la fibra a lo largo de todo su recorrido, obteniendo el punto exacto en metros desde la central donde se produce cada cambio.
Previamente, en la puesta en servicio de cable por primera vez, el centro de control de Telefónica obtiene una reflectometría de referencia con la fibra en buenas condiciones, así que en posteriores mediciones puede detectar de forma automatizada cuando los valores han empezado a empeorar.
De esta forma, cuando por alguna razón el cable de fibra empieza a sufrir curvaturas o tensiones, bien por movimientos de tierra tras lluvias torrenciales, la caída de un poste o porque maquinaria pesada ha entrado en contacto con los tubos bajo tierra, los técnicos de Telefónica pueden reaccionar antes de que se produzca la rotura y evitar el desastre.
