Hoy se ha presentado la Memoria de la AEPD (Agencia Española de Protección de Datos) correspondiente al año 2007. Esta edición presenta importantes novedades respecto a años anteriores e integra un apartado de Recomendaciones dirigidas especialmente a los poderes públicos. La Memoria hace un recorrido muy coherente con respecto a Internet, recordando que las IPs son datos personales y que difícilmente está justificado que se puedan almacenar. Incluso hay peticiones de protección al menor y sensibilización ciudadana muy loables pero no pasan desapercibidas dos reflexiones que deben leer atentamente:
1.- "(...) Sería admisible que el prestador del servicio, en el marco de la relación jurídica que le vincula con los clientes que alojan sus sitios "web", le trasladara la reclamación sobre derechos de autor para determinar si procede el mantenimiento de aquella relación, al menos en lo referente a los contenidos que pudieran lesionar dichos derechos". Vamos, que como es actividad empresarial, no hay LOPD que valga, y si alguien reclama que en una web hay una poesía, canción o vídeo suyo, entienden que nos pueden molestar, algo que los ISP americanos realizan salvajemente y con frecuencia, al más puro estilo, desconecto y luego pregunto.
2.- En un apartado llamado 'Derechos de autor y protección de datos', la Agencia señala que "el desarrollo de procedimientos que permitan proteger los derechos de autor de forma compatible con el derecho fundamental a la protección de los datos personales, debe realizarse en una norma con rango ley que contemple los datos susceptibles de ser tratados y las finalidades del mismo". Todo parecería normal -una nueva revisión de la vetusta LOPD- si no fuera porque en Público, afirma el director de la AEPD, Artemi Rallo, que le gusta el método francés, esto es, la autorización para rastrear en el P2P identificando no a todos los usuarios sino a aquellos "que intercambian un volumen importante de datos".