La tecnología que trajo la banda ancha a nuestro país hace más de dos décadas entra en su ocaso al tener menos del 10% de las conexiones activas, por lo que el Ministerio de Transformación Digital ya no la considera una tecnología relevante y libera a las operadoras de la obligación de medir e informar de su velocidad real.
Telefónica lanzó el ADSL 256 Kbps en 1999
Telefónica introdujo la tecnología ADSL en España en 1999. La conexión básica que comercializó inicialmente tenía 256 Kbps de velocidad de descarga y la mitad de subida, una velocidad casi 8 veces mayor que la que en aquel momento proporcionaba un modem RTB como los que utilizábamos para conectarnos a conectarse a internet a través de la línea de teléfono. Desde entonces y hasta hace un lustro el ADSL ha sido el líder indiscutible de la extensión de la banda ancha y la popularización de internet en los hogares.
15 años después, en 2014, el ADSL alcanzaba su apogeo con más de 9 millones de líneas activas y velocidades mucho más elevadas.
La tecnología ADSL original con sus 2 Mbps máximos fue superada en 2006 por el ADSL2+ con hasta 20 Mbps lanzados por Jazztel. Esta operadora, cuando aún era independiente antes de ser comprada por Orange, protagonizó varios avances importantes, como la introducción en 2007 del Fastpath para reducir la latencia del ADSL o el Anexo M con hasta 3,5 Mbps de subida que llegó en febrero de 2009. Incluso llegó a explorar el ADSL bonding. La evolución a VDSL2 con hasta 30 Mbps la trajo Telefónica a finales del mismo año.
El ADSL siguió siendo el rey de la banda ancha durante los primeros años de la década del 2010, a pesar de la superioridad del HFC que ofrecían las cableras, pero no pudo resistir la arremetida del FTTH, una vez las operadoras empezaron los despliegues masivos a partir del 2014.
Fin de la obligación de informar de la velocidad del ADSL
Las operadoras han venido monitorizando e informando de la velocidad real que ofrece a los usuarios la red ADSL, cumpliendo así con una obligación legal introducida en el 2014 con el objetivo de aplacar las quejas de los usuarios que no recibían la velocidad contratada. Aunque las operadoras anunciaban 20 Mbps, pocos podían alcanzar esa velocidad, ya que la tecnología es muy sensible a la atenuación que se produce en los hogares más alejados de la central telefónica.
El Ministerio de Transformación Digital exime a las operadoras de esta obligación al constatar que el número de líneas ADSL activas ha descendido por debajo del 10% del total de líneas de banda ancha residencial activas, perdiendo así la consideración de tecnología relevante.
Los informes trimestrales sobre calidad de servicio que publican las grandes operadora ya no incluyen este dato. Movistar y Orange fueron las primeras en eliminarlo, como se puede comprobar en su informe 1T 20221.
En mayo de 2022 aún permanecen activas alrededor de 1,25 millones de líneas ADSL, una cifra que desciende cada mes a medida que se migra a los clientes a la red FTTH o a FWA en su ausencia, preparando el terreno para el apagado de las centrales de cobre que se completará a finales de 2024.
