En SiliconValley.com cuentan que la administración estadounidense ha pedido a un juez federal que le otorgue acceso a la base de datos de Google. La excusa es buena. Hace dos años la Corte Suprema estadounidense truncó una ley para la protección del menor en Internet y que buscaba el castigo a la pornografía online que permitían el acceso a sus contenidos a menores. El gobierno de Bush dice que necesita los datos de Google para demostrar con que frecuencia la pornografía es mostrada en las búsquedas. En Internet tenemos a la pornografía, piratería y terrorismo como triunvirato del horror y perfecta disculpa para controlar a una masa que ahora es más culta, que comparte y que permite que cada uno saque a relucir el creador que lleva dentro sin intermediarios.
Google se ha negado, como es lógico a facilitar estos datos, y un portavoz de la empresa, Nicole Wong, señaló que lucharan "vigorosamente" contra lo que han calificado como una demanda que sobrepasa todos los límites. Varias asociaciones de abogados también han protestado ante la idea de que esas bases de datos estén abiertas a cualquiera que interpusiera una demanda.
Las consecuencias que podría tener una petición semejante son imprevisibles:
- ¿Estaremos seguros usando Gmail?
- ¿Usaremos la denominada Web 2.0 con la misma asiduidad de antes?
- ¿Sentiremos que somos vigilados una vez más?.
A través de Meneame (al que tardíamente damos la bienvenida) llegamos al certero comentario de John Battelle en su blog: "Confíamos en que no harás cosas malignas con nuestra información. Confíamos en que la mantendrás de manera segura y libre del control gubernamental fuera de la ley, y bajo nuestro control todo el tiempo. Entendemos que podrías usar algunos datos para darnos mejores servicios pero confíamos en que no serán identificados personas individuales a través de los mismos, ni utilizarán nuestros datos personales en una manera que violaría nuestro propio sentido de la aislamiento y de la libertad".
David Bravo ya advertía en su entrevista para Noche sin Tregua que se espera en 2006 el software con la suficiente encriptación para mantener nuestra privacidad. Hay que usarlo, y hay que crear la insurrección wireless cuanto antes para que Internet sea la Republica Popular de la Cultura. No se puede jugar así con todos nosotros.