El tiempo es robo
Recientemente, algún sabio columnista (lamento no recordar quién fue) argumentaba que en pleno siglo XXI era aberrante esperar meses para ver la Palma de Oro otorgada en Cannes a finales de mayo (...) En este momento histórico donde todo es inmediato, cuando vemos en YouTube cualquier avance de una película o una serie que llegarán a la gran o pequeña pantalla dentro de unos días, ¿no es un despropósito cualquier desfase de tal magnitud?
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Evitemos escandalizarnos, pues, si en este instante, y entre otras variadas ofertas la Palma de Oro de Cannes está disponible para su descarga en la Red, algo que ninguna Ley de Cine va a poder evitar, por mucho que se rasguen las vestiduras los mandamases de la industria. Recuerdo que, hace por lo menos tres décadas, algunos exhibidores daban charlas sobre cómo reconvertir sus salas, que ya empezaban a ver menguar sus ingresos, en suntuosas salas de bingo.
Quizá no tardemos mucho en ver esas reuniones renovadas (...) para decidir entre todos que el precio de una entrada de cine sirvan para ver, en una impecable proyección digital o vía satélite, la película que nos apetezca ver con urgencia al día siguiente de su proyección en Cannes, o un film iraní que acabe de ganar por sorpresa el Oscar de Habla No Inglesa. En pleno 2007, cualquier tiempo perdido es una clara invitación al robo.Jaume Figueras, el genial e incombustible Belvedere, en su columna de agosto de Fotogramas.