Desde hace algún tiempo circulan por la red trucos para mejorar la cobertura de nuestra red Wi-Fi. Se trata de antenas de fabricación casera muy sencillas de construir, cuyo rendimiento ponemos a prueba en este artículo.
Normalmente, los dispositivos Wi-Fi caseros tienen una antena que debería radiar en forma de "donut". Esto es: toda la potencia repartida por igual hacia todas las direcciones perpendiculares a la antena, mientras que en su eje hay un nulo de radiación, siempre teniendo en cuenta que no hay interferencias, obstáculos o irregularidades de construcción de la propia antena.
Si tomamos en cuenta una antena en posición vertical de un router Wi-Fi doméstico, significa que su señal cubre la vivienda, dejando teóricamente sin recepción a los vecinos de arriba y abajo.
Sin embargo, para algunos usuarios esto no es suficiente, ya que la instalación del operador puede resultar estar en el punto más lejano de la habitación donde solemos estar conectados con el portátil. En estas situaciones, es posible que haya problemas de recepción de señal, y que la conectividad Wi-Fi no sea la mejor.
Para ello, existen soluciones tradicionales como comprar una tarjeta Wi-Fi de mayor potencia, que normalmente se conectará a un puerto USB del ordenador; o en general adquirir cualquier tipo de equipamiento que permita hacer llegar la señal del router más lejos.
Solución para problemas de conectividad Wi-Fi en casa
Sin embargo, hay vías alternativas caseras para todo aquél que tenga un poco de tiempo, por ejemplo ahora en verano, y le guste "jugar". Por muy poco dinero, se pueden conseguir mejoras bastante sustanciales en alcance de la señal.
Prueba de ello es el Windsurfer, que apareció por la web de FreeAntenas hace algunos años y se ha hecho bastante popular, que permite modificar el diagrama de radiación de la antena, ya sea la del router o la del ordenador, para hacerlo más directivo. Aunque ciertamente no es una novedad, resulta interesante analizar el rendimiento que se consigue.
Esto se consigue fabricando un pequeño reflector de señal con una simple cartulina y un poco de papel de aluminio. No estamos añadiendo ningún elemento activo, sino pasivo, que lo único que hace es redirigir toda la potencia que normalmente el router emite hacia una dirección en concreto.
Además, antes de todo, tenemos que tener en cuenta que al estar modificando la forma en la que la antena emite la energía, se puede estar alterando la resistencia de radiación de la misma (50 ohm), pudiendo generar reflexiones de señal de vuelta al router, que en casos extremos podrían llegar a dañar su circuitería.
La plantilla se puede descargar desde aquí, y el proceso es muy sencillo:
1. Se redimensiona el modelo a nuestro gusto, siempre manteniendo la forma cuadrada de la zona indicada como "Keep Square". Nosotros nos hemos ceñido al tamaño original, que cabe en una hoja DIN-A4.
2. Después de tenerlo impreso sobre un soporte resistente tipo cartulina, sólo hay que recortar las dos piezas, y pegar papel de aluminio a la parte trasera de la que tiene forma rectangular (con pegamento de barra, por ejemplo), con lo que tendremos un reflector.
3. Luego, con un cutter, se practican los agujeros en ambas piezas en los lugares indicados. Las pestañas de la pieza de abajo cuadrarán con las ranuras del reflector, que adoptará una forma curva. A su vez, la antena pasará por los agujeros de esta otra pieza, para sujetarse al router y que no se mueva de ahí.
Puestos a probar el pequeño invento, echamos mano de un programa que ya analizamos hace un año aproximadamente: inSSIDer para Windows, que nos da estadísticas sobre la potencia recibida desde cada punto de acceso.
Primero hacemos las mediciones con el equipamiento normal, sin añadir todavía el Windsurfer. Conseguimos una media aproximada de unos -60 dBm.
Luego, al colocar el Windsurfer en la antena del router y orientándolo hacia nuestra zona, podemos ver cómo la señal recibida por el ordenador ha subido en 5 dB, logrando estar rondando los -55 dBm en todo momento (las oscilaciones grandes intermedias se deben a la manipulación del router para poner el dispositivo).
La ganancia obtenida, 5 dB, significa multiplicar la potencia recibida por 3,16.
Aunque está bastante lejos de lo que sus diseñadores prometen, unos 9 dB, hay que tener en cuenta que este valor se dará en situaciones ideales, y que cualquier defecto en el proceso puede jugarnos una mala pasada: errores al cortar las piezas, irregularidades al pegar el papel de aluminio, fallos en el apuntamiento del reflector hacia donde estemos, etcétera.
Se nos indica que si escalamos el tamaño original del Windsurfer al doble, ganaremos otros 3 dB (doblaremos otra vez la potencia recibida en su punto máximo), algo interesante siempre que la antena de nuestro router, o de la tarjeta del ordenador (si es externa) tengan unas dimensiones suficientes para colocarlo sin problemas.
En cualquier caso, el resultado es bastante satisfactorio, y permite dar un empujón a nuestra red inalámbrica en caso de que tengamos problemas de cobertura en nuestro lugar habitual para usar el portátil, tablet o móvil en casa. Todo ello, por un precio aproximado de 1€.
En estos últimos días, ha aparecido otro diseño en base a una lata de refresco o cerveza de 50 cl, con un diseño bastante similar al del Windsurfer, y ayudados de unas tijeras, un cutter y adhesivo para pósters.
Resulta ser algo más peligrosa de manejar, ya que es mucho más fácil que nos cortemos con el metal que con un trozo de cartulina. Para evitar en mayor medida posibles accidentes, recomiendan recubrir los bordes con cinta adhesiva.
Si alguien se anima a probar o ya ha probado estos inventos, le invitamos a que comparta los resultados que haya obtenido.