La ley anti-descargas francesa ya ha desconectado a unos cuantos internautas por descargar contenidos P2P, y lo que se esperaba ha sucedido. Uno de ellos denuncia que su caso es injusto ya que le hackearon su red Wi-Fi, y ni siquiera sabe cómo descargar películas.
Desde hace unos meses en Francia está en vigor la ley Hadopi, más conocida como la de los tres avisos. Es una norma que trata de frenar el uso de programas P2P para descargar contenidos protegidos por copyright, poniendo la fuerza en castigar a los usuarios de estos protocolos, primero advirtiéndolos para que dejen estas prácticas y, en caso de continuar descargando, llegando a cortar la línea de acceso a Internet.
También se ha sabido que este tipo de normas no disuaden a los usuarios, ya que sólo un pequeño porcentaje de ellos se ha planteado dejar de utilizar programas como BitTorrent o eMule, y que el organismo que se encarga de mandar las notificaciones recibidas por los operadores se había saturado ante tantos casos "denunciables", e incluso el operador Free se negaba a remitir las notificaciones.
A pesar de ello, el proceso sigue su marcha y algunos de los internautas ya han recibido los pertinentes tres avisos, con lo que éstos han visto cómo su conexión se cortaba, conforme la ley prevé. Sin embargo, lo que muchos temían se ha hecho realidad: falsas acusaciones a usuarios que no han descargado nada protegido, pero que son castigados porque la norma no respeta el principio de presunción de inocencia.
Es el caso de un profesor de escuela de 54 años, que vive en una zona rural del país vecino, y que se ha quedado sin conexión a internet porque su dirección IP se ha utilizado para descargar contenidos protegidos. La cuestión es que él no lo ha hecho porque ni siquiera sabe cómo hacerlo.
Al parecer, su conexión WiFi fue hackeada repetidamente y, aunque tras recibir el primer aviso tomó algunas protecciones más, los intrusos volvieron a conectarse a través de su red inalámbrica y siguieron descargando.
Ahora su intención es defender su inocencia a toda costa, llevando a Hadopi a la justicia, y no descarta ir incluso al Tribunal Europeo, a pesar del gran desembolso económico que esto le causará.
No parece descabellado que este no sea el único caso que vaya a aparecer con similares características, ya que dado el alarmismo que ha generado esta ley en Francia, la gente se ha empezado a interesar en lo que coloquialmente se conoce por "robar la Wi-Fi al vecino" y que, en todo caso, el problema se lo lleve el titular de la línea mientras el intruso se descarga películas.