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Incertidumbre entre los operadores por el fin de la tarifa plana mayorista

Joshua Llorach

La CMT ha dado el visto bueno a NEBA, la nueva regulación de la banda ancha mayorista que permitirá que los operadores alternativos independicen sus ofertas de las que ofrece Telefónica. Orange, Vodafone y los operadores de Astel temen que la eliminación de la tarifa plana mayorista pueda afectar a las ofertas que actualmente ofrecen a los usuarios sin cobertura directa.

La nueva regulación trae más versatilidad para que los operadores alternativos puedan personalizar sus conexiones de forma independiente a las que ofrece Telefónica en aquellas zonas donde no tienen desplegada su propia red. Mientras que ahora prácticamente solo pueden replicar las mismas velocidades, en el futuro se podrán definir nuevos perfiles de velocidad de bajada y subida, independientemente de los que ofrece Telefónica. Además, dentro de una misma conexión, se podrá reservar parte del caudal para servicios que requieren fiabilidad, como la VoIP.

Pero el punto más delicado del nuevo servicio es la eliminación de la tarifa plana mayorista, que actualmente permite a los operadores pagar a Telefónica un precio fijo mensual por cada abonado, independiente de su consumo, por un nuevo esquema de facturación mixto en el que el el uso que los usuarios hagan de la red si puede influir en los costes que soporta el operador. Se trata de un cambio histórico que plantea algunas incertidumbres, para las operadoras y para los usuarios finales.

Cómo Telefónica cobrará por tráfico al resto de operadores

Los costes a los que tendrá que hacer frente un operador alternativo por cada cliente, se dividen en dos partes. La primera es fija y depende de la tecnología empleada para prestar el servicio (ADSL, VDSL o FTTH) y la prioridad del tráfico (Best Effort para particulares, Oro para empresas y Real Time para Voz sobre IP).

La otra parte es variable y depende del caudal utilizado de forma agregada por todos los usuarios. El operador alternativo tendrá que hacer previamente una estimación y contratar con Telefónica una capacidad.

¿Qué ocurre si los clientes utilizan la conexión más intensamente de lo previsto? En ese caso se contemplan dos opciones. La primera es que Telefónica siga cursando el tráfico excedente, pero anotando los picos de tráfico. Al final del periodo de facturación, Telefónica cobrará al operador alternativo el exceso consumido. La otra opción es el descarte del tráfico, de forma que los paquetes que "no quepan" sencillamente se esfumarán. Cuando esto ocurre, el usuario percibe que baja la velocidad y aumenta la latencia, consecuencia de la perdida de paquetes.

Puede resultar algo complicado de entender este nuevo mecanismo, pero en realidad no difiere mucho del que emplean los operadores y carriers cuando se facturan el tráfico entre ellos. Este modelo está inspirado en el que ya existe en otros países de nuestro entorno. No hay por que esconder que en algunos casos, la influencia directa del comportamiento del cliente sobre los costes que soporta el operador, ha motivado que que las operadoras establezcan límites de descarga mensual a sus clientes.

Incertidumbre entre los operadores hasta que se conozcan los precios

La CMT asegura que el nuevo sistema no supone un cambio de cara al usuario final, pero los operadores alternativos no lo tienen claro.

Por una parte lamentan que aún no se conozcan los precios que tendrá cada uno de los conceptos en el nuevo modelo. Por esta razón, para Orange el nuevo modelo "crea gran inseguridad en los operadores". BT advierte que si los precios no son adecuados, el servició será "inviable desde el punto de vista comercial". Vodafone añade que "todas sus alegaciones deben considerarse condicionadas a la decisión que sobre los costes se adopte".

Pero la principal preocupación es cómo los cambios afectarán a las ofertas minoristas y sobre todo a la tarifa plana que pagan los usuarios finales. Tanto Orange como Astel (representando a Jazztel entre otros) dan a entender que la facturación por caudal a nivel mayorista puede afectar a la tarifa plana minorista.

Al demandar el mercado minorista servicios facturados por tarifa plana, Orange considera importante estudiar con detenimiento el nuevo modelo, sus inconvenientes y sus ventajas, antes de abordar un cambio sin duda significativo.

Astel pide que inicialmente se mantenga la tarifa plana, "puesto que las ofertas minoristas actuales se ofrecen con tarifas planas y con la coexistencia de dos servicios mayoristas con diferentes estructuras de precios será extremadamente complicado comercializar ofertas únicas en el mercado". De esta afirmación se deduce que Astel contempla la posibilidad de tener que modificar sus ofertas minoristas como consecuencia del nuevo modelo.

Vodafone va más allá, y dice que tendrá que asegurarse del "perfil de tráfico" del cliente para no correr riesgos.

La estructura de costes obliga a una certidumbre en el perfil de tráfico del cliente final, por lo que para evitar incurrir en costes extremos o quedarse corto, el operador alternativo deberá correr un riesgo demasiado elevado.

Para Orange, la facturación por caudal "puede restringir a los operadores su posibilidad de ofrecer calidades comparables a las de Telefónica en las horas de mayor carga.".

Como decimos, hasta que no se conozcan los precios, es difícil estimar el impacto que la nueva regulación va a tener para los usuarios de a pie.

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