El consejo de administración del operador de cable ONO nombró por unanimidad a Rosalía Portela nueva consejera delegada de la compañía, en sustitución de Richard Alden, directivo ligado al antiguo equipo gestor. Con su elección, se pone fin a los cambios que se iniciaron con la salida de Eugenio Galdón de la presidencia. Primero su sustitución, con el hasta entonces consejero independiente José María Castellano, y ahora el nombramiento de Portela. Está pendiente de su aprobación en la junta de accionistas, prevista para el 5 de mayo. Intentar crecer y sanear la deuda, son sus objetivos inmediatos.
No está claro que Ono vaya a tener muchas oportunidades más. La crisis financiera se ha cruzado en el camino de esta operadora cuando las cuentas empiezan a cuadrar, pero el peso de la deuda hace que eso importe poco. Puede que Ono haya conseguido afianzar su rentabilidad operativa o que las pérdidas se hayan reducido de forma drástica, pero los costes financieros son elevados y, sobre todo, la compañía enfrenta unos próximos años llenos de vencimientos de una deuda de 4.200 millones de euros que no tiene caja para pagar.
Es el análisis de Cinco Días al respecto de su situación económica. El mayor operador de cable (1,8 millones de clientes y 1.603 millones de euros de ventas en 2008, un 0,8% menos) intentará en esta nueva etapa que sus socios disconformes (68,4%) no vean el futuro con tanta interinidad como la que había con Eugenio Galdón cuya gestión fue muy criticada.
