No pueden ponerle puertas al campo. Por mucho que pataleen, internet siempre se les va a escapar de las manos. Si consiguen detener el trafico P2P por una via, se reestablecerá por otra en menos que canta un gallo. Pero, encima, se restablecerá como tráfico encriptado, con paquetes que asemejen otro tipo de tráfico, o aparecerán redes diferentes, alternativas o paralelas, que incrementarán ese tráfico al margen de internet, o por vias aún insospechadas.
Pero vamos a lo importante. Estos tipejos se han acostumbrado a que, desde principios del siglo XX, ellos controlan la tecnología de los soportes en los que se vende la música. Desde los primeros discos de surco, si querías escuchar música tenías que comprar un soporte. Ese soporte era dificil de fabricar, de manera que sus fabricantes tenían poca competencia y podían inponer sus precios.
Los consumidores no podían hacer nada al respecto; su opinión sobre si era o no un abuso era irrelevante. Eran lentejas, "si quieres las tomas, sino las dejas". Por supuesto, para fabricar los soportes debías tener una capacidad financiera enorme, de manera que el negocio era sólo para unos pocos ricachones empedernidos, todos ellos super mega progres y concienciadísimos... de cara a la galería, claro está.
La cosa mejoró cuando aparecieron soportes para grabar. Las cintas de casette ganaron la batalla a los cartuchos de cinta, no porque fueran mejores, sino porque la gente las compraba vírgenes para grabar música y pagar menos. A mediados de los 80, la mayoría de las cintas que se vendían eranvírgenes, no previamente grabadas.
Lo mismo pasó con el video. VHS se llevó el gato al agua porque la gente compraba las cintas para grabar las películas en la televisión o piratear las de los videoclubs o prestadas, mientras que los otros sistemas pretendían que las personas comprasen las cintas ya grabadas.
La gente lleva desde finales del siglo XX intentando huir de la tiranía del soporte, por la cual pretenden obligarle a que no pueda reproducir legarmente algo que, como la información, es libre por naturaleza.
La música, y toda clase de información que el hombre crea, siempre fue libre, hasta que a principios del siglo XX nace la dictadura del soporte. Cuando se les escapa el negocio de las manos, llegan al absurdo de querer cobrar a alguien por cantar una canción en un lugar público, lo cual es un absoluto disparate.
Pero los consumidores jamás han aceptado la dictadura del soporte, ni han aceptado que deban pagar ni un céntimo por nada que pueda ser transmitido a través de los sentidos que la naturaleza les dió.
Si alguien quiere hacer música y cobrar por ello, no puede hacerlo directamente del bolsillo del oyente, a menos que su música sea tan estupenda que el oyente mismo se digne a donar lo que guste, como contribución voluntaria y agradecimiento por el trabajo bien hecho. Dejémonos de tonterías: si no eres lo bastante bueno para vivir de llenar un local de conciertos tocando lo que compones o cantas, vendiendo la entrada al precio que decidas, entonces deja la música y trabaja de fontanero o albañil, que son trabajos igualmente honorables.
Por otra parte, los precios de la música han estado siempre hinchados artificialmente por las restricciones que el soporte suponía, y no son precisamente los autores los que se han llevado la parte del león, ni muchísimo menos. Así que si un autor cualquiera confía en su capacidad para hacer buena música, podrá venderla directamente al público a un preció muchísimo menor, sin la intervención del innecesario soporte, o encontrar el "mecenas" apropiado, encantado de pagarle a cambio de que haga bien su trabajo en beneficio de ambos.
Internet permite eso y mucho más. Pero lo que Internet permite, sobre todo, es la libertad de elección. Permite, por ejemplo, que no tengas que comprar un carísimo disco lleno de malas canciones para poder escuchar una sola, la única que realmente te gusta de todo el disco. Permite que tu música la puedas escuchar para siempre, cuando quieras, sin miedo a que el soporte se deteriore y haga que tu dinero se vaya a la basura.
Internet ha devuelto la libertad al mercado de la información, libertad perdida a mediados del siglo XX, a la que los ciudadanos JAMAS han renunciado voluntariamente. Esa libertad les fue ARREBATADA con malas artes y maniobras de caracter tecnológico, económico y social, obligándo a la sociedad a firmar "contratos" infames, sin permitirnos que leamos la letra pequeña. Si esos HIJOS DE LA GRAN PUTA piensan que vamos a permitir que nos la arrebaten de nuevo, van de puto culo.