El Ministerio de Industria tuvo que poner orden hace más de un año para acabar con la práctica del slamming por parte de las operadoras.
Se culpaban entre ellas de robarse abonados de forma fraudulenta. La mayoría de las acusaciones fueron para Jazztel, quién según Telefónica y Orange/Yacom se llevaba clientes sin que el propietario de la línea hubiese dado su consentimiento. Hasta 86 casos se presentaron ante el regulador para probar los hechos.
Dos años después la CMT publica sus conclusiones, indicando que las pruebas que aporta Orange son simples correos enviados por sus clientes y que las que aporta Telefónica son confusas o en algunos casos si se cuenta con documentación que justifique la portabilidad de la linea.
Aun así quedan sin resolver un buen porcentaje de casos, pero la CMT culpa a Telefónica y Orange de no proteger a sus clientes, pues existe la posibilidad de solicitar a la operadora a la que va a ser portada una línea, documentación que lo justifique, siempre que haya dudas razonables. Esto ha permitido a Jazztel librarse de la penalización.
Del slamming al acoso del spam telefónico
A pesar de que el slamming no es tan frecuente hoy día, se abren nuevos frentes. Como el acoso de los call centers extranjeros, mercenarios de operadoras españolas de poca monta, que se dedican a acosar con, incluso varias llamadas al día, a los nuevos abonados de Telefónica, prometiendo el ADSL 'digital' de 1 mega que rinde como 10.